La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La restauración triunfa en Cangas

"Debería durar más", dicen los asistentes al taller de recuperación de objetos que organizan los jubilados del Bella Vista

La restauración triunfa en Cangas

"En la vida hay que hacer siempre algo, no se puede quedar uno parado a verlas venir". Con esa premisa vive Inocencia García. A punto de cumplir 91 años, esta parraguesa acaba de apuntarse al taller de recuperación y decoración de objetos que organiza el hogar del pensionista "Bella Vista" de Cangas de Onís. Tras una vida de trabajo en el campo, aprovecha la jubilación para dedicarse a lo que de verdad le gusta: las manualidades.

El repujado, la pintura, la cestería, la mantelería o el de cuero, ninguna actividad se le escapa. Los encargos de sus 4 descendientes, 6 nietos y 2 biznietos, se acumulan, pero de momento centra su atención en restaurar una caja de madera y decorarla con pegatinas para una hija que reside en Avilés.

Como ella, una decena de personas acude cada lunes durante dos horas al curso que imparte la monitora Celsa Granda, quien reconoce que está "encantada" con sus alumnos, aunque reconoce que son "muy exigentes". Bajo su tutela, alumnas como Mercedes González aprenderán técnicas de pintura sobre diferentes materiales como decoupage o transfer. González, que acaba de ser homenajeada como mujer del año en Cangas de Onís, reconoce mientras decora con pintura al agua una panera que "sacar dos horas para el curso es complicado pero merece la pena porque le ayuda a desconectar".

Aunque Dulce María de Diego trabaja de forma simultánea en la restauración y decoración de una caja y una bandeja, su ilusión es la de aprender a pintar tallados "como antiguamente". Su marido Juan Luis Fernández, pintor retirado, apoya su vena artística y la baja religiosamente cada lunes desde Jelgueres "porque las ganas de aprender nunca se pierden, el curso tendría que durar más" , apunta. Molinos y planchas de herencia materna o un arca son algunos de los objetos que Jesús Díaz, único varón del grupo, se propone restaurar. Por delante tiene una tarea ardua ya que debe "quitar la carcoma, limpiar, lijar, conservar con cera...", explica. "Se aprende muchísimo y encima tienes plena libertad para centrarte en restaurar los elementos que más te gusten", agregó Díaz, que tras 46 años entre fogones aprovecha la jubilación para exprimir su vena artística.

Compartir el artículo

stats