Qué mejor escenario para estrechar lazos entre feligreses que el santuario de la Virgen de la Cueva. Representantes de varias parroquias de la comarca, dependientes del Arciprestazgo de Covadonga aprovecharon la soleada tarde del domingo para disfrutar de una jornada de convivencia en la que los presentes desarrollaron varias actividades.

El párroco de Infiesto, Manuel García Velasco, ejerció de anfitrión para los fieles, así como para otros sacerdotes de parroquias de concejos vecinos como Parres, Ponga o Cangas de Onís, que también participaron en los oficios religiosos que tuvieron lugar a lo largo de la cita.

Otro punto de interés fue una charla ofrecida por el historiador local Gustavo Longo, el cual se encuentra inmerso en la elaboración de un libro sobre la historia del popular enclave religioso piloñés. Longo hizo un breve resumen sobre la historia del santuario de Infiesto y la importancia que este ha tenido desde su construcción, estimada entre los siglos X y XI, para la población del concejo.

Una vez terminados los actos religiosos, todos los participantes participaron en una merienda de confraternización, para la que cada asistente acudió con comida de casa para compartir con los demás y poner punto y final a una jornada que todos los presentes valoraron de manera positiva. Incluso mostraron su intención de repetir la experiencia en más ocasiones.

Celebraciones como esta son muy bien acogidas en el concejo de Piloña, dónde todos los estamentos coinciden en señalar la importancia del enclave tanto por su interés histórico como turístico. Tal es el atractivo de este santuario y su entorno que en los últimos años ha crecido de manera exponencial tanto el número de visitas como la celebración de bodas, aunque son muchos los que piensan que cuenta con un déficit de promoción y abogan por una mejor señalización del mismo.