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Las cartas del Oriente

Deporte base y competición, ¿qué estamos haciendo mal?

Hace unos días fue noticia en periódicos y redes sociales un partido de fútbol entre los alevines del Racing; primero de su categoría y el colista de la misma. En el descanso del partido , el Racing ganaba 15 goles a cero y el entrenador contrario le comentó al del Racing que aflojaran un poco , pues tenía a los críos destrozados en el vestuario y no querían salir a jugar el segundo tiempo. El entrenador del Racing parece que no hizo mucho caso pues el partido terminó con un humillante 1-34 . Debido al revuelo que se montó en los medios de comunicación el entrenador pidió disculpas y manifestó que en ningún momento pretendieron humillar al rival. Demasiado tarde, porque el mal ya estaba hecho y puedo imaginarme como se sintieron los pobres críos y los padres que fueron a ver el partido y cuando digo padres me refiero tanto a los padres de los niños del equipo que perdió como a los del equipo ganador, pues cuando se tiene hijos es fácil identificarse con el sufrimiento de los demás, basta solo con pensar si nos gustaría que a los nuestros les pasara lo mismo.

Esto que acabo de contar no es el motivo principal por el que escribo esta carta , más bien me da pie para contar lo que sucedió a otro equipo en este caso infantil de voleibol .

Soy el padre de un niña de 12 años que lleva varios practicando este deporte, del que tengo que reconocer soy bastante profano, pues hasta no hace mucho desconocía las reglas básicas del mismo y tampoco somos, tanto la madre como yo, de los más asiduos a los partidos . Nuestras expectativas estaban cubiertas viendo a la cría ir contenta a entrenar y no viniendo excesivamente disgustada cuando perdía un partido.

Con esto quiero decir que si alguien piensa que esta carta la escribe el típico padre que piensa que tiene una figura en casa que va a los partidos a gritar al árbitro y que se cree reconocedor de todas las reglas y normas de este deporte, se equivoca de pleno.

Una de las cosas que si percibí en el voleibol desde un principio y es uno de los motivos por los que me gusta que mi hija lo practique, es va mas allá de lo deportivo pues enseña a los más pequeños valores como el compañerismo, la disciplina, el trabajo en equipo, el respeto por el rival y como no , el saber perder. Aprovecho para felicitar a toda la gente que está al frente del A.D. PARRES voleibol por el excelente trabajo que llevan años realizando con este deporte en Arriondas.

El 17 de abril en Gijón, en las instalaciones del Real Grupo de cultura Covadonga, nuestro equipo jugaba el partido de ida, de la clasificación para la fase final de los juegos deportivos contra uno de los equipos del grupo; digo uno , porque ya tenían a otro equipo clasificado. Este partido se disputaba al mejor de cinco juegos e los de Arriondas ganaron con un contundente 0-3.Al día siguiente de este partido se jugó el de vuelta en Arriondas , donde las de Parres volvieron a ganar por 3-1; os podéis imaginar la alegría de las crías pues estaban entre los 4 equipos que el sábado siguiente jugarían la fase final que se iba a celebrar en Candás.

La alegría duro poco, pues el todopoderoso Grupo Covadonga recurrió el segundo partido, parece ser (no lo tengo muy claro y tampoco me importa mucho) que por cometer el entrenador el terrible error de sacar a jugar niñas de otra categoría, en este caso de alevines, que pertenecían a distinto colegio, ósea que lo que no consiguió en el terreno de juego lo arreglo en los despachos y aquí David no pudo Goliat.

Estas niñas de alevines aparte de la categoría, se diferencia de las infantiles por el centro educativo al que van, pues mientras que ellas estudian en el colegio público Río Sella las otras lo hacen en el IESO El Sueve. Son los dos únicos centros de enseñanza que hay en Arriondas. Desconozco porque tienen distinto nombre , pero si se que están completamente vinculados el uno al otro desde el punto de vista educativo y que comparten instalaciones. El sacar a jugar a estas niñas como se puede suponer poco influyó en el resultado, a no ser para evitar una derrota mayor.

El sábado siguiente en Candás de los 4 equipos que jugaron la fase final dos eran del Grupo Covadonga, nuestro equipo se quedó en casa.

Cuando hablo de este partido o del partido de los alevines del Racing no pienso en leyes, reglas o normas, pienso en niños y justicia.

Quisiera terminar esta carta formulando una pregunta a los entrenadores del Grupo y a los padres de las niñas de ese equipo ¿Cómo les explicasteis a vuestras niñas que a pesar de perder los dos partidos tan claramente ellas pasaban a la fase final?

Yo para explicarlo a mi hija tome prestadas las palabras de uno de los entrenadores de nuestro equipo y le dije, que en la vida van a ver y a vivir muchas situaciones injustas y esta es una de ellas.

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