El concejo de Ponga va camino de convertirse en el club de los cien. A pesar de contar con poco más de medio millar de vecinos, el municipio puede presumir de tener alrededor de una decena de personas rondando o superando la centena. La última en sumarse a este selecto club, dominado por personas con una salud de hierro, es Herminia Testón Lozano, que el jueves celebró el cumpleaños entre homenajes de todo tipo, acompañada por numerosos familiares y amigos.
Testón nació en 1915 en la localidad de Pendones, en el concejo de Caso. Si bien pasó casi toda la vida en este municipio, hace cinco años se trasladó a Ponga. El fallecimiento de su hijo hizo que tuviese que mudarse con sus sobrinos a San Juan de Beleño. Allí fue acogida con los brazos abiertos por todo el pueblo, que festejó el cumpleaños como si de un logro colectivo se tratara. "Algo tendrá que ver el buen aire que respiramos en Ponga", coincidían en señalar varios de los asistentes.
Entre los homenajes no faltó el del propio Ayuntamiento de Ponga, cuya alcaldesa, Mercedes Traviesa, se desplazó personalmente a entregar una placa conmemorativa a la vecina, como suele ser habitual cuando un pongueto, bien de nacimiento o de adopción, alcanza la edad de las tres cifras. Mientras, la Asociación de Mayores de Ponga, también muy implicada en estos casos, hizo entrega de un ramo de flores a una mujer que se vio entusiasmada.
Especialmente orgullosos se mostraron los familiares. Éstos se permitieron el lujo de sacar pecho por el buen estado de salud de Herminia. "Está muy bien y tiene una cabeza que ya quisiéramos muchos más jóvenes", señala su sobrina, Regina Muñiz, con la que vive desde que llego a tierras ponguetas allá por 2010.
Respecto a su particular secreto para llegar en tan buenas condiciones, todos coinciden en que la clave podría estar en las incontables horas de trabajo. "Fue toda su vida campesina, atendió la casa y sacó a su familia adelante siendo soltera", destacan sobre la figura de esta casina infatigable.
