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La peonza llena la calle en Ribadesella

El campeón mundial Mauricio González, de exhibición en la villa, afirma que el veterano juego "quita a los niños de estar con la consola y vuelven a los parques"

El mexicano, firmando autógrafos. P. M.

Al mexicano Mauricio González Juárez le gusta lo que hace. Y no es para menos, pues ayer logró atraer la atención de centenares de niños en Ribadesella con un artilugio nada sofisticado, la peonza. González es campeón del mundo de trompos y realizó tres exhibiciones, dos por la mañana en los colegios Manuel Fernández Juncos y el Nuestra Señora del Rosario, y una tercera, multitudinaria, en la plaza Nueva riosellana.

El éxito fue tal que las ovaciones y aplausos se repetían sin cesar y el mexicano se hartó a firmar autógrafos, tanto en las peonzas de los asistentes -armados con un rotulador especial- como en papeles que cada uno traía preparados. González Juárez es ahora un virtuoso de la peonza y lleva ocho años recorriendo Europa para mostrar sus habilidades, pero no siempre se ha dedicado a este singular y divertido oficio.

"Soy licenciado en informática administrativa y un día vi la convocatoria de un concurso para jugar al yoyó", relata el campeón, que ya empezaba "a estar aburrido de trabajar en una oficina" y probó suerte en el certamen. Quedó entre los cinco primeros y en aquel momento, hace ya trece años, empezó a jugar a la peonza.

Natural del Distrito Federal mexicano, los primeros cinco años estuvo viajando por su país, fichado por diferentes compañías fabricantes de peonzas. Tanto la industria como el juego están muy extendidas en México, que es el primer productor del mundo, y las compañías contratan a buenos jugadores para realizar giras como esta europea y darse a conocer.

González ha recorrido, además de Centroamérica, casi toda Europa con su peonza: Alemania, Austria, Eslovaquia, Portugal, Francia, Italia y un largo etcétera con un denominador común: "que el juego de la peonza vuelva a tener afición otra vez".

El mexicano sabe, por lo que le comentan los padres, que este juego "quita a los niños de estar con la consola y vuelven a los parques. Qué bonito es que vuelvan a salir", describió con gran satisfacción por ser partícipe de este saludable cambio. La peonza demuestra, entre otros, que para divertirse no hacen falta grandes artefactos y González lo destaca. "Me encanta hacer que algo tan sencillo les guste tanto", explicó ayer el mexicano después de la exhibición en el colegio Manuel Fernández Juncos. Pero las familias no sólo gozan viendo a sus pequeños alejados de las pantallas y concentrados en un juego accesible desde los dos euros, sino que también participan de él. "En las exhibiciones hago concursos y muchos padres llevan peonzas. Cuando les pregunto si es de su hijo me dicen, 'no, no, ¡me la compré para mí!", relata divertido. Es la primera vez que el campeón mundial de trompos visita Ribadesella, pero los estudiantes ya estaban preparados para recibirle. Muchos acudieron a la exhibición peonza en mano y otros le rogaron que les regalara las suyas. González exhibió varios tipos, con y sin la punta giratoria, e hizo virguerías como "el helicóptero", una maniobra imposible para muchos. La gira asturiana se celebra ahora porque en España "sólo se juega en abril, mayo y junio", apunta Luis Argüelles, que acompaña a González por la región.

Las peonzas que usa el mexicano son de la línea "cometa" y están hechas de plástico en lugar de la madera de las tradicionales. La forma de lanzar también es distinta, ya que el jugador debe levantar y estirar el brazo a la altura del hombro y soltar la cuerda. El campeón realizó una breve explicación antes de las tres exhibiciones y las concluyó con un concurso entre los asistentes en el que no pudieron participar, por falta de tiempo, todos los que quisieron.

Los ganadores fueron aquellos capaces de hacer que su peonza girara durante más tiempo y la expectación que levantaron las competiciones resonó en buena parte de la villa riosellana. A quienes demostraron mayor destreza el mexicano les regaló una peonza y una pequeña mochila para guardar este juguete. La exhibición más concurrida fue la que tuvo lugar por la tarde en la plaza Nueva de Ribadesella, en la que González entregó regalos a quienes realizaron correctamente los seis movimientos más sencillos. En los centros escolares el mexicano enseñó a todos los estudiantes las técnicas básicas para manejar los trompos con seguridad, así como los trucos más espectaculares que se puedan realizar.

González no es el único campeón de la peonza que está recorriendo la región, ya que un compatriota suyo, Marco Ramírez, ha visitado varios centros educativos, entre ellos el de La Ería de Oviedo. Este experto en peonzas, de 38 años y natural de Puebla, también ha recorrido los más de 9.000 kilómetros que separan México y España para "recuperar el ocio y los juegos tradicionales en los parques y en la calle", explicó tras su visita al centro ovetense. Ambos regresarán a México el día 15 de junio para ver a sus familias -allí comienzan las vacaciones escolares- y después seguirán con su gira europea a favor del ocio al aire libre.

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