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Personajes de Cangas de Onís

Una carrera pegada a Cangas

El cántabro Luis Alberto Salcines, último hijo adoptivo del concejo, llegó a él de profesor y sigue vinculado a actos culturales y deportivos

Luis Alberto Salcines, en la última "Ruta de la Reconquista". J. M. CARBAJAL

Luis Alberto Salcines Pérez llegó en septiembre de 1980 a la ciudad de Cangas de Onís para impartir docencia en el Instituto de Bachillerato Rey Pelayo como profesor de Matemáticas, curso en el que se hospedó en el Hostal Eladia, sito en la avenida de Covadonga, esquina a la calle Emilio Laria. La presencia en aquellos años del joven matemático no pasó nada desapercibida entre la ciudadanía de la vieja capital del Reino de Asturias, con su barba valleinclanesca o rabínica, gafas metálicas redondas y larga melena. Al principio sembró cierta incredulidad con ese porte, pero sólo unos meses después lograría ganarse el afecto de buena parte de los ciudadanos cangueses.

De 63 años, es natural de Santander, aunque pasó su infancia y adolescencia en la ciudad cántabra de Torrelavega. Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Santander, tuvo su primer destino profesional en el Instituto de Gallarta -que lleva el nombre de Dolores Ibarruri-, en la provincia de Vizcaya. Corría el año 1980 cuando en un concurso de traslados, y curiosamente a raíz de un error burocrático en la tramitación, acabó consiguiendo plaza de profesor de Matemáticas en el Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís. Ahí empezó su vinculación con el oriente de Asturias.

En el centro docente cangués, donde permaneció una década, supo ganarse desde el primer momento al alumnado y, del mismo modo, a la mayor parte de los padres de los chicos y chicas a las que impartía materia. Él, junto a otra fresca hornada de profesores, traía "ideas distintas, no políticas", recuerda Salcines, quien también fue jefe de departamento de Matemáticas a lo largo de más de un lustro en el susodicho Instituto cangués. Esos jóvenes docentes marcaron un hito en la vida estudiantil merced a una profunda relación personal que hizo cuajar entre alumnos, profesores y padres.

Por aquella época, Cangas de Onís comenzó a despertar en los asuntos culturales, pues Salcines, persona muy vinculada a ese mundillo en la vecina comunidad autónoma de Cantabria, se encargó de organizar varios ciclos de enriquecedoras conferencias. Los actos se planteaban abiertos para todo el mundo y tenían lugar en las dependencias del antiguo Internado Femenino -hoy en día conocido por edificio Camila Beceña-, localizado en los antaño jardines del Ayuntamiento cangués.

Incluso se llevaron a cabo ferias del libro en los soportales del mismo inmueble, en colaboración con varias librerías canguesas, unas actividades saldadas con gran éxito. Igualmente hubo momentos para abrir nuevos horizontes, de forma totalmente espontánea, con salidas ocasionales a la montaña, a modo de excursión. En ellas participaban, además de un grupo de profesores, los alumnos del centro y sus padres. "Evidentemente, Cangas de Onís es mi segunda ciudad", puntualiza convencido Luis Alberto Salcines.

Tras su estancia en el Instituto Rey Pelayo, Salcines puso rumbo al Instituto de Secundaria de San Vicente de la Barquera (Cantabria), en el que también fue profesor de Matemáticas y llegó a director. Otro nuevo traslado le llevó al Centro de Educación de Personas Adultas de Santander, en el que se jubiló. Pese a que reside en la capital cántabra, no pierde la ocasión de acercarse cada dos por tres a la urbe canguesa. "En los últimos 25 años, donde más he estado es en Cangas de Onís", matiza Luis, ya que suele colaborar en numerosas actividades de ámbito cultural. Aún más, es cofundador de la Asociación Cultural Dobra, puesta en marcha a principios de los 90 en la localidad.

Aficionado al "running", Luis Alberto Salcines es el único atleta que puede presumir de haber participado en las veintiocho ediciones de la Media maratón "Ruta de la Reconquista", organizada por el Club Cangas de Onís Atletismo, entidad de la que es socio. La última carrera se desarrolló el pasado sábado, día 30, con salida de Cangas de Onís en dirección al Santuario de Covadonga y regreso a la capital canguesa tras 21,097 kilómetros de recorrido. En esta edición acabó decimoquinto en su categoría, la de veteranos mayores de 60 años. ¿Su registro? Pues 2 horas, 3 minutos y 56 segundos. "Tengo una identificación sentimental con la Ruta de la Reconquista", asevera el protagonista.

Otra de sus aficiones es practicar la natación, y guarda en su retira aquellos invernales Trofeos de Navidad, cada 25 de diciembre, en la piscina al aire libre en Torrelavega. Su vinculación con la comarca terminó de cuajar al ser pregonero de las fiestas patronales de San Antonio en Cangas de Onís en 1992, del Certamen de Quesos de los Picos de Europa y de la Feria de la Miel del Oriente, y de la Fiesta del Pescador en 2014, Luis Alberto Salcines fue galardonado con el premio "Sifón de Oro" en 2013, compartido ex aequo con el fallecido periodista cangués José Comas, distinciones éstas concedida por el empresario hostelero Celso Fernández Sangrador.

Ahora, en la última sesión plenaria del Ayuntamiento cangués del mandato 2011-2015, la Corporación municipal que presidía el alcalde José Manuel González Castro (PP) aprobó, por unanimidad, nombrarle hijo adoptivo de Cangas de Onís. Una distinción que, sin duda alguna, partía de las insistentes sugerencias que lanzó en vida otro ilustre de la Cultura canguesa, Ramón A. Prada Vicente, fallecido hace escasos meses. "Ramón, siempre que había un acto público, espontáneamente decía que me merecía ser hijo adoptivo", rememora Salcines. Aquel guante lanzado por el inolvidable e inigualable "don Ramón, el Maestro" lo han recogido para satisfacción del promotor de la idea, allá donde se encuentre.

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