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El campanu del Piloña se hace esperar

La limitación a la modalidad de mosca demora la pesca del primer salmón del río, pasado ya un mes del inicio de la campaña

Pescadores, ayer, en el coto de Infiesto. LUCAS BLANCO

Los salmones del río Piloña se hacen de rogar. Pasado ya más de un mes del inicio de la temporada de pesca, el campanu del principal afluente del Sella sigue sin salir y los expertos justifican esta tardanza en la limitación de las capturas a la modalidad de mosca, la cual tiene menos adeptos y presenta muchas más dificultades para cobrar peces.

Los ribereños descartan que la nula captura de salmones se deba a la escasez de ejemplares, pues aseguran que son muchos los que se pueden ver en algunos puntos, después de cinco años de restricciones a la pesca con muerte que han revitalizado el río. "Haber los hay y bastantes", señala el pescador Cándido Rodríguez, que considera como principal causa de la falta de capturas las limitaciones establecidas en los cotos de Infiesto, Villamayor y Sotu Dueñes. "Sólo se puede pescar a mosca y en Piloña no existe mucha afición a esta modalidad", dijo.

Esto no impide que, sin embargo, sean muchos los pescadores que eligen el río Piloña para tirar sus cañas y fiel reflejo es que en las últimas semanas son muchos los ribereños que se pueden ver probando suerte incluso en el paso del curso fluvial por la villa de Infiesto, así como en otros lugares del concejo, dónde encontrarse coches aparcados entre la carretera y el río es más que habitual en estas fechas.

Muchos apuntan que el principal reclamo para los pescadores son más bien las abundantes truchas con las que cuentan el río tras estos años de recuperación. Desde que se abriera la campaña los deportistas que se acercan hasta Piloña coinciden en destacar la abundancia y calidad de los peces, pero también observan peculiaridades respecto a otros cotos. "Es un río más difícil, aunque con esmero salen muchas truchas", declara el vasco Iñaki Imaz, que estos días se encuentra por la comarca disfrutando de la pesca "más bien como aficionado, que como deportista".

Los buenos datos de capturas de truchas son corroborados por los miembros de la guardería, que dan fe de que el río ha recuperado mucha población durante la prohibición de la pesca sin muerte. "La trucha está siendo abundante, pese a que también es cierto que en general hay más ejemplares pequeños que grandes, en general", comenta uno de los guardas de la consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos que se encarga de velar por la conservación de la zona.

La buena marcha de la temporada en cuanto a los truchas genera diferencias dentro del propio colectivo de ribereños, pues mientras unos consideran muy positivo que se pueda pescar con muerte en Piloña después de tanto tiempo para incentivar la afición a la pesca y el consumo en la hostelería local, otros creen que esto será contraproducente, ya que por un lado se agota el río y por el otro se corre un serio riesgo de perder las habituales competiciones nacionales de pesca sin muerte que acogen los cotos piloñeses desde hace unos años.

Una división que partidarios de ambas posturas consideran "irreconciliable", mientras que las personas ajenas al mundo de la pesca coinciden en señalar que el aprovechamiento de todos los recursos del río es un acto de justicia. "¿Por qué el Sella va a tener campanu y el Piloña no?", señalan algunos vecinos como es el caso del veterinario Germán Rodríguez-Noriega.

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