El vecino de Infiesto de 61 años Jesús Garcés acusó ayer a la Consejería de Sanidad de poner en peligro su estado de salud, después de suspender por segunda vez en dos años una operación de hernia inguinal para la que estaba previsto que pasara por el quirófano el pasado martes y para la cual abandonó el tratamiento de dos patologías crónicas.

Garcés está indignado por las continuas trabas que encuentra en la sanidad pública, que considera que perjudican más su mermada salud. El año pasado y tras un año esperando para ser operado en el Hospital de Arriondas, se le comunicó que su cirugía no podría llevarse a cabo en el centro sanitario comarcal por tratarse de "un paciente de alto riesgo" y se le instó a esperar a ser operado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). "Me extrañó mucho que hasta pasado un año no se dieran cuenta de aquella circunstancia, pero me resigné", declara este paciente afectado por problemas coronarios y colitis ulcerosa.

Pasado un año más, el enfermo fue llamado la pasada semana a ingresar para que se le realizase la operación. Tras hacer todas las pruebas y preparativos pertinentes, asegura que le avisaron de que finalmente no podría ser operado en la hora prevista, sino hora y media más tarde. Tras un tiempo de espera dice que se le comunicó que tampoco podrían intervenirle en esta ocasión. "Me cayó el alma a los pies porque encima nadie se dignó a explicármelo y sólo mandaron a una pobre estudiante a comunicarme que el quirófano estaba ocupado por una urgencia", explica.

El mismo afectado entiende que posiblemente su operación no sea la más urgente, pero lamenta que no se tengan en cuenta las posibles consecuencias que pueda tener para su salud la paralización "para nada" de los tratamientos de sus enfermedades crónicas. "Tuve que aparcar el Sintrom y la medicación de la colitis ulcerosa y eso no puede ser bueno", argumenta, a la vez que recuerda las incomodidades que supone retomar el tratamiento que ahora compensa con unas inyecciones y los gastos acarreados por su ingreso en vano. "El desplazamiento, la comida o el aparcamiento son gastos que tengo que asumir por culpa de esta mala organización", añade.

A este respecto, asegura haber ya remitido una denuncia al servicio de Atención al Paciente, quiere que su caso transcienda, pues a su entender "esto debe de estar pasándole a mucha más gente" y confía en que la Consejería de Sanidad ataje estos problemas que ve subsanables. "Deben de dejar algún quirófano disponible para las urgencias y no jugar con la salud de los demás", sugiere el afectado, que admite que no confía ya en unos servicios sanitarios que a su salida del hospital, según indica, le trasladaron que tratarán de operarlo la próxima semana "siempre y cuando sea posible".