La reapertura de los dos carriles de la nacional 634 a su paso por Arobes, en Parres, supone "un alivio muy gordo" para los usuarios de la vía, que durante 138 jornadas sufrieron restricciones de tráfico después de que el pasado 7 de febrero se produjera un gran "argayón" en el punto kilométrico 347. El objetivo de los cortes no fue otro que el de garantizar la estabilidad de la ladera, por medio de la aplicación de una malla de triple torsión, primero, y la construcción de un falso túnel, después, por parte de los responsables de Fomento, que invirtieron casi cuatro millones de euros en la ejecución del proyecto.
Las restricciones al tráfico -con un corte total que obligó a deviarse por Cuadrovena-Prunales y Llames de Parres hasta finales de marzo y a utilizar después un carril alternativo regulado por semáforos- reabrieron el debate sobre la necesidad de mejorar las comunicaciones con la capital del Principado. Parragueses como la vecina de Arriondas Carmen Pérez reconocen que este invierno "fue un suplicio" al verse "prácticamente incomunicados con Oviedo", y muchas son las voces que piden que se relancen con carácter urgente proyectos como el del túnel del Fitu o la autovía del interior.
No sólo los conductores celebran la apertura de los dos carriles de la N-634 a su paso por Arobes. También usuarios como la piloñesa Nerea Pérez, que a diario cogía el bus desde Infiesto a Arriondas por motivos personales. "Hay días por la mañana que llegaba con media hora de retraso y encima daba un buen rodeo por los pueblos; es un alivio que se haya restaurado el tráfico", afirmó. Y es que durante el tiempo que estuvo cortada la carretera los vehículos pesados tenían prohibido circular por los desvíos, por lo que Alsa se vio obligada a fletar un servicio de minibuses lanzadera desde Sotu Dueñes para no tener que desplazarse por la autovía. Para la joven piloñesa, de 20 años, el falso túnel no resuelve del todo el problema de los argayos. "Esa zona queda fijada, pero hay otras muchas peligrosas. A escasos metros del falso túnel hay un desprendimiento grande, deberían hacer un túnel mayor, porque 60 metros es muy poco, o cambiar el recorrido".
Cubrir el tramo de la N-634 que va desde Arobes hasta Ozanes proyectando hormigón es la solución que propone Luis Miguel López, vecino de Arriondas, quien asegura que, "en cuanto llueve, caen piedras y un día va a haber una desgracia". Este desempleado se desplazaba a Oviedo a diario durante el invierno para realizar un curso y perdía hasta media hora diaria a causa del caos circulatorio de los estrechos desvíos, donde no se respetaba la recomendación de circular en sentido único. Tanto él como el también residente en Arriondas Juan Manuel Suco defienden que, aunque sea "un follón", las obras para asegurar la ladera fueron necesarias "aunque muy caras e insuficientes". Los dos abogan por continuar con los trabajos en otros tramos de la vía si se quiere dar seguridad a los usuarios."Antes de llegar a La Huesal desde Arriondas ya tuvieron que poner paneles de metal por todo el agua que arroyaba y ahora es necesaria una limpieza general del trazado", cuentan los vecinos, que consideran "inevitable" pasar por la N-634 mirando a la ladera por miedo a que caiga una piedra.
La alegría por la reapertura de los dos carriles de la N-634 fue compartida por Jaime Intriago, que aseguró que los cortes fueron "un mal menor que hubo que sufrir en pro de la seguridad de una de las vías más transitadas del Principado". Para este vecino de Arriondas, que frecuentemente se desplaza a Oviedo por motivos de ocio, la solución definitiva, "aunque muy cara", pasa por cambiar el trazado de la carretera hacia la otra margen del río Sella, concretamente desde el puente de Ozanes hasta Sotu Dueñes.
