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Pasión por las cuerdas en Covadonga

Más de una veintena de jóvenes músicos despiden en el santuario un curso intensivo de perfeccionamiento con un concierto

Arriba, varios alumnos, junto al profesor Wieslaw Rekucki, el abad y Luis Magín. A la izquierda, profesores y alumnos, en la Escolanía C. C.

"Muy interesante y productiva". Así define la ovetense Claudia Pérez la semana que pasó en Covadonga para participar en el IV curso intensivo de perfeccionamiento musical que organiza la Asociación Española de Amigos de la Viola, en colaboración con el Cabildo del Real Sitio. Como ella, 23 jóvenes de entre 15 y 24 años se dieron cita en la Escolanía desde el lunes para perfeccionar su técnica con los instrumentos de cuerda en un taller que concluye hoy, a las 19.00 horas, con un concierto -abierto y gratuito- acompañado de piano en la sala de ensayos. Ayer ya hubo otro en el que durante hora y media se interpretaron varias piezas de Bach.

Durante la semana, los jóvenes no estuvieron precisamente de vacaciones. Desde primera hora de la mañana se ponían en pie para participar en clases individuales de violín, viola, violonchelo o composición, además de participar en aulas intensivas colectivas o conferencias y talleres como el de música contemporánea que impartió Jorge Muñiz, profesor en la Universidad Indiana de EE UU.

"Los alumnos son muy disciplinados, tienen gran predisposición para aprender", explicó Wieslaw Rekucki, uno de los cinco profesores, que resaltó que Covadonga era un sitio ideal para encontrar la inspiración. Con el coincidía el organizador del curso, el profesor del Conservatorio Superior de Oviedo, Luis Magín, que quiso agradecer el apoyo del Cabildo "sin el que este curso no podría salir adelante". Tanto él como el abad de Covadonga, Juan José Tuñón Escalada, elogiaron el trabajo de los chavales. "El contacto con la música es muy sano porque te aparta de las cosas malas y dignifica", apuntaron. El abad explicó que es "agradable pasear por la noche y escuchar a los jóvenes ensayar a través de las ventanas abiertas, aporta más belleza y creo que todos se marchan con un agradabilísimo recuerdo de Covadonga".

Alumnos como la gallega Iria Fernández, virtuosa de la viola, o la salmantina Laura María García, que se decantó por el violín, coinciden en señalar los valores aprendidos en la convivencia. Lo mismo que el gaditano Rafael Ruiz, que asegura que el ambiente "propicia el trabajo" y por eso no dudará en repetir. Jóvenes como la bilbaína Oihane Fernández, que a sus 19 años lleva 11 tocando la viola, tienen claro que su futuro profesional estará ligado con la música.

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