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Los selleros se despiden de las Piraguas y dejan atrás toneladas de basura

Los últimos campistas abandonaron ayer los recintos de Ribadesella con buen sabor de boca El 112 registró 241 llamadas

Toneladas de basura y caras de cansancio el día después de la fiesta más multitudinaria de cuantas se celebran en Asturias. Así amaneció ayer Ribadesella y los selleros llegados desde todos los puntos de la geografía nacional. Los más rezagados apuraron todo lo que pudieron para recoger sus bártulos y emprender el camino de vuelta a casa. Recién concluida la fiesta de las Piraguas de este año, son muchos los que piensan ya en la edición de 2016. Una celebración en la que para la inmensa mayoría de los presentes lo menos importante es la prueba deportiva sobre la que se articulan todas las celebraciones.

Al filo de las dos de la tarde la cántabras de la localidad de Laredo Lucia Hoyo, Esther y Andrea Ortiz, y Sheila y Sandra Martínez terminaban ayer de meter las maletas en el coche, antes de emprender el camino de vuelta. Sheila Hoyo es toda una veterana de la fiesta de las Piraguas. Con la de este año suma siete presencias consecutivas. "Vine una vez y desde ese momento es parada obligatoria todos los años", dice. Esther Ortiz ha vivido con intensidad su quinto Sella. "Me encanta el ambiente que hay de fiesta de pueblo", dice. Todas ellas llegaron a la capital riosellana el pasado viernes. Dan un sobresaliente a la organización de la fiesta salvo por una cosa: el escaso número y la suciedad de los baños y las duchas públicas.

Luis Núñez desinflaba por la mañana la colchoneta en la que había dormido las dos últimas noches en la zona de acampada situada enfrente del centro de interpretación de Tito Bustillo. "Esto es la leche. Repetiré seguro", dijo tras su bautizo sellero. Junto a él, sus colegas Álvaro Álvarez, Javier Muinelo y Andrés Seemann, todos ellos llegados desde el madrileño barrio de Tetuán. "Es una gran fiesta. A alguno se la ha ido la pinza, pero en general todo bien", dijo Álvarez.

"¿De verdad que este fin de semana hubo aquí piraguas?", preguntó el santanderino Rubén Pardo tras una intensa noche festiva. "Del Sella me atrae la sidra y que es una fiesta que se celebra en una época en la que en Cantabria no hay nada parecido", señaló la compañera de andanzas de Pardo, Sara Martínez.

El plan de seguridad del 79.º Descenso internacional del Sella puesto en marcha entre el pasado viernes hasta ayer atendió un total de 241 llamadas, de las cuales 88 requirieron algún tipo de movilización de los medios y recursos asignados al plan. En concreto, se contabilizaron 59 emergencias en el concejo de Ribadesella, 27 en Parres y 2 en Cangas de Onís.

La mayor parte de las emergencias fueron asistencias sanitarias. En concreto, se contabilizaron 47 incidencias de este tipo (34 en Ribadesella y 13 en Parres). Además, entre otros, se registraron incidencias relacionadas con alteraciones de orden público, robos, agresiones y accidentes de tráfico.

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