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Arriondas celebra el éxito de las Piraguas y Ribadesella acusa un bajón

Arriondas celebra el éxito de las Piraguas y Ribadesella acusa un bajón EMILIO G. CEA

Arriondas y Ribadesella parecen ser la cara y la cruz de la reciente fiesta de las Piraguas. Mientras que en la capital parraguesa los empresarios aseguran que hacía años que no vivían un Descenso con tanto ambiente, en la villa marinera el balance no es tan positivo y ya hacen autocrítica de cara a futuras ediciones.

"Es el mejor Sella que recuerdo tanto por la buena caja hecha como por la calidad y el ambiente sin incidentes tan bueno que vivimos". Así resume Belisario Suárez, de la sidrería El Mirador, el festejo. El éxito lo achaca al trabajo realizado de manera conjunta tanto por parte del Ayuntamiento como de la asociación Selleros y la de comerciantes, "que se volcaron de forma potente". En la misma línea se expresó Víctor Manuel Bertoa, del restaurante El Submarino. "Había miedo a que se desligara el festival Aquasella de Las Piraguas pero yo creo que el balance ha sido más que positivo. El sábado hubo muchísima gente en Arriondas, la mayoría vecinos de Infiesto, Sevares o Cangas que sienten mucho la fiesta", aseguró.

Guillermo Pelayo, dueño desde hace una década del pub parragués El Apeaderu, cifró en un 20 por ciento el aumento de la venta de bebida con respecto a otros años. "Ya empezó a haber gente desde el miércoles gracias a las actuaciones nocturnas que programó el comité organizador del Descenso y el sábado ya fue increíble, la gente de toda la vida no quiso fallar", apuntó. El hecho de que se pudiera acampar gratis en La Concordia y de que el sábado el acceso rodado a Arriondas por primera vez no estuviera cortado desde primera hora de la mañana son algunos de los factores que a su juicio influyeron positivamente.

Los organizadores del Oba Festival, macroevento de música pop-rock, de pago, que se celebró en los alrededores de Arriondas, también hicieron un balance positivo y cifraron la asistencia en 8.000 personas. Los conciertos con más poder de convocatoria fueron Vetusta Morla y El columpio asesino. "La acogida fue buena. Nuestra intención es repetir y que la cita se consolide como un referente que sirva para exportar la marca Asturias pero para eso necesitamos el apoyo institucional de Ayuntamientos y del Principado", explicaron los organizadores.

En Ribadesella hay opiniones para todos los gustos, aunque la sensación generalizada es que "el ambiente estaba tranquilo, no hubo ni la mitad que otros años pero la gente del pueblo lo disfrutó a tope", según explican algunos vecinos. Los empresarios riosellanos ven en la reducción de plazas de acampada exclusivamente al prau San Juan y La Mediana y los estragos del "botellón" la principal causa del bajón. "El año pasado ya estuvo algo flojo pero este año hubo muchísimo menos, hice casi menos caja que un día normal", lamenta Armando Cavallé, propietario de una pizzería con el mismo nombre cercana a la zona del instituto donde este año se prohibió la acampada.

"Antes con lo que sacabas te daba para pagar las facturas del invierno, que aquí es muy largo, pero ahora casi hasta me estorba la fiesta, estoy pensando en marchar", cuenta Cavallé, que regenta el negocio desde hace 24 años. Hosteleros como Alberto Celorio, del Hotel Marina, reconocen que "en las calles ha habido un bajón de gente superior al 15 por ciento. Estaba todo muy tranquilo."

Pero no se queja porque "en general está siendo un verano extraordinario con el cartel de completo colgado de continuo", dijo.

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