Los ganaderos de Colunga están en pie de guerra. La sucesión de supuestos "falsos positivos" de tuberculosis bovina en el concejo ha provocado la inmovilización de varias ganaderías y el sacrificio de decenas de reses que, a la postre, no estaban enfermas, según los análisis posteriores. Mientras, la consejera de Desarrollo Rural , María Jesús Álvarez, negaba ayer en Gijón la existencia de esos "falsos positivos" y advertía a los ganaderos de que no convienen las acer "falsas polémicas" en torno a un asunto de esa gravedad. Subrayó que el programa nacional de erradicación de enfermedades en animales se aplica "por igual" en todas las comunidades autónomas. Además, Podemos pedirá explicaciones en la Junta General al Gobierno de Javier Fernández por los "falsos positivos".

El ganadero colungués Mario Meléndez está desesperado. Lleva cuatro meses con su ganado inmovilizado a causa de tres positivos en las pruebas sobre tuberculosis. Los dos positivos anteriores resultaron falsos, pero las vacas fueron sacrificadas igualmente. Ayer, era marcada otra de sus reses, tras haber dado positivo en la primera prueba veterinaria. Mañana el animal será sacrificado. Se le harán nuevas pruebas y se recogerán muestras para realizar cultivos en laboratorioque, dentro de unos meses, determinarán si efectivamente estaba enfermo. Pero la vaca ya estará muerta cuando llegue el resultado de los cultivos. Más aún: si los veterinarios no encuentran mañana pruebas de que padece tuberculosis, el animal se destinara al consumo humano. Según todas las fuentes consultadas, no existe peligro alguno para los humanos.

Mario Meléndez se queja de que no permitan realizar un análisis veterinarios alternativos. "No queda otra que aceptar que las marquen", señaló. El caso es que lleva cuatro meses sin ingresos, con su ganadería inmovilizada. Encima, tendrá que llevar él mismo al matadero la vaca que dio positivo. Otro gasto más.

El ganadero destacó que en lo que va de año 60 animales dieron positivo en la primera prueba sobre la tuberculosis, pero 59 de ellos estaban sanos, según las pruebas posteriores. "Podría entenderse que hubiera algo de error en las pruebas, pero 59 de 60 es demasiado. Y encima ni nos escuchan, ni quieren buscar soluciones. Es muy triste", subrayó Meléndez, quien cree que detrás de esta forma de afrontar el problema podría haber "negocio", pues "por una vaca sana se paga más que por otra que haya dado positiv. Pero la carne sale al mercado al mismo precio en los dos casos", señaló Meléndez. Otras fuentes aseguraron que se paga "lo mismo" por cualquier res.

Gaspar Luis Costales, representante de los ganaderos de Colunga, mantuvo una reunión con la diputada de Podemos Paula Valero y denunció:"alguien se está lucrando y los ganaderos somos las víctimas". Añadió que la Administración hace oídos sordos al problema y se escuda en que "hay que cumplir el protocolo".

Paula Valero, por su lado, presentará varias preguntas en la Junta General. Exigirá, por ejemplo, conocer la trazabilidad de la carne de los animales que dan positivo, si su carne se destina a consumo humano y si se advierte al consumidor de este hecho.

La Consejería, finalmente, calificó de "radicalmente falso" que se comercialice en los mataderos de Asturias carne afectada por tuberculosis. Añadió que no existen "falsos positivos", ya que el programa nacional establece que un animal es considerado positivo" cuando reacciona a la prueba de la tuberculina, independientemente de que la res pueda tener o no desarrollada la enfermedad y presentar lesiones".