José Manuel del Valle lleva casi tres décadas elaborando "piragüines" de madera y no se cansa. Este vecino de Arobes de 73 años es el encargado de fabricar las decenas de embarcaciones en miniatura que mañana descenderán el río Piloña con motivo de la celebración de las fiestas de San Roque. En poco más de una hora, Del Valle es capaz de transformar pequeños tacos de haya o pino en obras de arte con la única ayuda de una zuela, un cepillo manual, lija y mucha maña. Después les da una capa de barniz para que cada competidor "las puedas tunear a su gusto". El único requisito es que lleven inscrito el nombre del propietario.

Del Valle dona sus creaciones a la Asociación San Roque de Arobes, que con el dinero recaudado con la venta de les piragüines sufraga parte de los gastos de la fiesta, que esta noche tiene como protagonistas a las orquestas "Nueva Banda" y "Luna Llena".

Su yerno, Javier Escandón, será el encargado de reunir mañana las pequeñas embarcaciones en una macona y soltarlas a la altura de El Reborín. Durante 300 metros, les piragüines sufrirán los embates de la corriente y las tres primeras en cruzar la línea de meta tendrán premio. "Esto es como la lotería, cuestión de suerte y de que no se te quede enganchada entre las piedras", explica Del Valle. "Más de un centenar de piragüines se darán cita en Arobes porque los mayores también participan, no es sólo cosa de niños", cuenta el vecino, que aboga por recuperar tradiciones perdidas, como la del descenso folklórico.