"La gente cree que somos soldaditos de plomo y queremos que nos conozcan, que sepan que tras el uniforme hay un militar más, con sus capacidades y su formación". Así se explicó ayer César Paz Chaves, del departamento de Comunicación de la Guardia Real, durante la exhibición que esta unidad militar, encargada de la protección de la Familia Real, hizo en Ribadesella.

Pensadas para el aire libre y un espacio más amplio, las actividades tuvieron que desarrollarse en el polideportivo de La Atalaya debido a la intensa lluvia que cayó sobre la villa riosellana en diferentes momentos de la tarde. Con todo, fueron muchos los vecinos y visitantes que se acercaron para ver de cerca a esta unidad militar que viste la mayor parte del tiempo "de instrucción", apuntó Paz, como un militar más. Dos integrantes de la Guardia Real vistieron, no obstante, uniformes propios como el de "alabarderos" -que proviene de una lanza de origen alemán- y flanquearon a los compañeros que realizaron la demostración de defensa personal. Los militares interpretaron ante los presentes situaciones como la presencia de un atacante y la reacción del agente, algo que también desarrollaron con los perros. En total desplazaron a ocho canes, en su mayoría de raza pastor vasco, aunque esta elección depende de la maniobra que se esté entrenando, como explicó César Paz. "Los pastor vascos son muy buenos para explosivos, por ejemplo", apuntó el militar.

Esta fue una de las operaciones que también se interpretaron ante el público, la presencia de explosivos en varias maletas colocadas en fila india ante el perro, que recibió una breve explicación de su "binomio", la militar que le acompañó. El can olisqueó una por una las maletas y finalmente encontró un compuesto en una de ellas, que los militares exhibieron ante el enérgico aplauso del público. Otro de los supuestos más espectaculares fue el de una persona que, pese a las indicaciones de los agentes, se dispone a entrar en un área no autorizada. El perro que realizaba la maniobra se lanzó sin pensárselo dos veces a por el conductor del vehículo, en el que entró de un salto por la ventanilla. Para este tipo de entrenamientos los militares forran las superficies que pueden dañar al perro, pues de lo contrario le causarían un daño innecesario. Este supuesto "malo" iba acompañado de otra persona que abandonó el vehículo portando un arma pero que no llegó muy lejos, pues el perro le interceptó y no le hizo heridas gracias al traje de protección que llevaba. Así todo, los militares explicaron que en ocasiones y pese a la protección el moratón es inevitable.

La exhibición con perros estuvo entre los momentos favoritos de muchos de los asistentes, como Blanqui Rubín, que vino desde Pola de Lena y que no comprende el rechazo manifestado en Mieres contra la presencia de la Guardia Real. "El que no quiso verlo aquí, con quedarse en casa tuvo suficiente", expuso la polesa, para quien lo sucedido en la cuenca "no es normal. Si no te gusta, no vayas", añadió.

En Ribadesella también se levantaron voces en contra de la demostración, como las de Pueblu, pero los actos siguieron adelante y el público también podrá ver a los militares mañana. Harán un raid por todo el municipio y también habrá orientación, lanzamiento de precisión, tiro con pistola de "airsoft", paso de río con piraguas y apreciación de distancias.

Quienes acudieron a la cita de ayer también pudieron probar un circuito de entrenamiento adaptado para los más pequeños, poner a prueba su puntería en un espacio de tiro o acariciar a los perros. A David Collera, de 10 años, le gustó probar a disparar, pero sobre todo disfrutó con "los perros y los ladrones".