Comer en el trabajo puede ser tan saludable como hacerlo en casa, aunque ir con el menú a cuestas sea más complicado. A veces faltan ideas y otras, planificación para alimentarse bien. Otro de los condicionantes es que se dispone de menos tiempo, por lo que se requieren propuestas sencillas y rápidas de tomar.
Los expertos recomiendan, ante todo, realizar una lista semanal para evitar caer en el riesgo de acabar metiendo en el "tuper" cualquier cosa que sacie el hambre. Otro beneficio de organizar previamente los menús es que permite seguir una dieta equilibrada y variada.
Una cuestión básica es conservar adecuadamente los alimentos, porque si sufren cambios bruscos de temperatura perderán sus propiedades nutricionales, además de su textura y sabor. Lo recomendable es mantener la comida refrigerada hasta que se lleve al trabajo en una bolsa térmica.
La clave está en ser capaz de llevar una dieta sana y equilibrada a pesar de alimentarse de platos que no han sido preparados en el momento. Pero opciones, hay muchas. "Hay que añadir verduras y hortalizas siempre", destaca la nutricionista Julia Nofuentes Riera, que también recomienda completar el menú con fruta de temporada y "cuidar los hidratos de carbono, más integrales".
Por ejemplo, en el caso de optar por una ensalada es mejor prepararla no sólo con vegetales. Es más saludable añadirle proteínas e hidratos de carbono con ingredientes como huevo, trocitos de pollo o pasta. Si la ensalada apetece más en primavera o verano, en otoño e invierno se agradecen los potajes. Incluso son muy agradecidos para echarlos en el "tuper", pues basta con calentarlos en el microondas.
Julia Nofuentes aconseja hacer un cuadrante. Por ejemplo, dos días a la semana llevar legumbres (una vez lentejas con verduras y otra garbanzos en ensalada). Otra comida puede ser pollo o pavo con verduras. Para otro día, pescado con hortalizas o verduras o patata guisada; y para otro, cereales integrales (pasta, quinoa, arroz integral...). La experta insite en que hay que "aumentar la cantidad de verduras y hortalizas a diario".
La nutricionista explica que los errores más comunes son comer poco variado (muchas veces pasta, poco pescado o exceso de proteínas animales), platos muy elaborados, poca planificación y mucha cantidad. Agrega que es mejor utilizar recipientes de cristal, en lugar de plástico para evitar sustancias tóxicas como Bisfenol A.
