La sierra del Sueve se convirtió este fin de semana en una inmenso aula en la que aprender biología y geología. Lo fue gracias a los expertos que acompañaron una de las excursiones guiadas programadas dentro de las decimoctavas Jornadas del Sueve, que continúan hasta el día 30 de este mes.
El geólogo José Carlos García-Ramos, director científico del Museo del Jurásico de Asturias; el biólogo Juancho Aspra y el responsable del centro de interpretación de la sierra del Sueve, Julio Fernández, realizaron junto a una quincena de personas la travesía entre el alto de La Llama, Espineres, Les Corripies, La Texona, Corcobu y la localidad de Gobiendes.
García-Ramos explicó a los excursionistas cómo se formó el Sueve y les advirtió sobre la importancia de "separar" la edad que tienen las rocas de la sierra del momento en que se levantó como cordillera.
"El Sueve se formó durante el Terciario, hace 33 millones de años", describió el geólogo antes de poner otros ejemplos de relieves conocidos que se formaron en aquella época, como Los Pirineos, la Cordillera Cantábrica y los Alpes (todos en Europa), la cordillera del Rif en África y los Andes en la Patagonia.
El Sueve se levantó entonces, pero las rocas que lo forman varían en las diferentes vertientes. "En la vertiente sur sobre todo hay rocas silíceas, de entre 440 y 500 millones de años, del Cámbrico y el Ordovícico", precisó el geólogo. En cambio, la cumbre, la parte alta de la cordillera y los relieves hacia Colunga son calizas fundamentalmente del Carbonífero. En la parte más baja del borde norte, en la zona por encima de Carrandi, las rocas son también del Carbonífero y forman parte de la continuación de la cuenca carbonífera central. García-Ramos explicó a los participantes en la excursión que en el pueblo de Carrandi "hubo una explotación de antracitas desde 1842 hasta 1964. De esa mina salían vagonetas de carbón que llevaban hasta Lastres para embarcarlo", describió el geólogo.
La cordillera tiene una orientación suroeste noroeste y "termina por el este de manera abrupta", lo que se debe a la presencia de la "falla del Sueve", que tiene una orientación noroeste sureste, indicó García-Ramos, quien además del apunte de la antracita en Carrandi habló de la presencia de otros minerales. Mencionó el cobre y la barita de Obaya y la fluorita y la barita en zonas del entorno del Sueve, como Caravia.
El geólogo se refirió a la geología de la sierra pero también a la que queda bajo el mar y a la vista -e imaginación- del caminante desde el Sueve. El cañón submarino de Lastres, por ejemplo, arranca "desde los 200 metros de profundidad hasta alcanzar casi los 5.000" y se formó a través de la fractura de la llamada "falla de Villaviciosa".
Las rocas del Sueve son, cuanto más al norte y más próximas a la costa, más "modernas". Así, tras la cuenca del Carbonífero, hay materiales del Pérmico y del Triásico y más próximas a la costa están las del Jurásico, las más modernas de la zona.
Por su parte, Julio Fernández y Juancho Aspra se ocuparon de otros aspectos de la sierra. "A mitad de camino entre El Potril -una charca con forma de huella tridáctil de dinosaurio- y Espineres tuvimos suerte y vimos una veintena de gamos, tanto machos como hembras y crías". El responsable del centro del Sueve describió cómo los machos están "exhaustos" después de esta temporada "roncando (el sonido que emiten en la época del celo) y montando a las hembras".
Después rodearon El Mirueñu por la cara sur y fueron hasta el picu Les Corripies, donde decidieron cambiar la travesía hasta el picu Babú y el descenso por La Biescona por atravesar el tejedal hasta Gobiendes. Vieron "diferentes tipos de tejos y de acebos con crecimientos diferentes" y descubrieron alguna dolina que no estaba registrada.
