Alberto Estrada (Gijón, 1959) es ceramista y vicepresidente de la asociación "Amigos de Dionisio de la Huerta", que custodia el legado del creador del Descenso Internacional del Sella.
-Llevan años tratando de exhibir la herencia "sellera" que les donó Dionisio de la Huerta en un museo. ¿Cuándo nació el proyecto?
-La idea de recopilar cosas relacionadas con el Descenso Internacional del Sella e intentar exhibirlas en un museo ya surgió cuando colocamos el busto de Dionisio de la Huerta, que él mismo inauguró tres meses antes de fallecer. Entonces la familia nos dijo que nos mandaría material y en 1996, al año de su fallecimiento, constituimos oficialmente la asociación. Entonces ya pensábamos en hacer un museo.
-¿En qué situación se encuentra ahora este proyecto?
-Durante estos veinte años hablamos con los ayuntamientos de Parres y Ribadesella. Todos los años recordamos que al primer ayuntamiento que tire para adelante, nos apoye y ponga un local, nosotros le cederemos todo el material que tenemos. En los últimos años el empresario Calo Soto y su hermano nos ofrecieron llevar el museo a un terreno situado en Cangas de Onís, aunque está muy cerca de Arriondas y próximo a la salida del Sella. Están pendientes de solucionar unos pequeños problemas con el Ministerio de Fomento y Carreteras de Asturias para poder reconstruir unas instalaciones preciosas en las que están dispuestos a hacerlo. Ellos correrían con los gastos del edificio e incluso con el mantenimiento, algo que nos encantó. Bien es verdad que Piloña nos ofreció una instalación hace cuatro o cinco años, pero estaba muy alejada de Infiesto y no era viable. Este es el mejor sitio para nosotros, pues está en el paso de todo el turismo hacia Covadonga y Cangas de Onís y junto a la salida del Sella. Sólo por el número de personas que bajan el río podría ser uno de los museos más visitados de la región.
-¿Cómo es el material que custodian y que se podría ver en ese museo?
-En la asociación tenemos como treinta álbumes que pueden tener más de 2.000 fotografías, aunque están llegando continuamente. Hay un montón de gente pendiente de cedernos más imágenes, pero también piraguas de los años sesenta, remos... podríamos multiplicar el material actual. Dionisio no tiraba ningún papel, archivaba y guardaba cada carta y cada documento. Además de todo esto tenemos cuadros, tallas, regalos, el chaleco y montera que utilizó, la partida de nacimiento, el pregón con las correcciones manuscritas...
-¿Están a tiempo los ayuntamientos de llevarse el museo o hay decisión tomada?
-Nosotros estamos abiertos a todo. Siempre dije, a todos los partidos, que al primero que nos diera una buena opción se lo pondríamos encima de la mesa. Hasta ahora el único que habló fue Calo Soto y tenemos que respetarlo, siempre y cuando esto no se alargue en el tiempo. Pero si mañana me llega un Ayuntamiento y una oferta buena, hablaremos con él, que también es socio, y se lo explicaremos.
-¿Cómo se llamará ese futuro museo?
-Nosotros no tenemos problema con que no se llame "Museo de Dionisio de la Huerta", puede llamarse "Museo del Sella", dedicado a Las Piraguas y a Dionisio. Queremos hacerlo cuanto antes, sobre todo ahora que nos va fallando gente. El legado, además, tiene que estar en un sitio con una temperatura ideal, sería una pena que se deteriorara por no tenerlo en el sitio adecuado. El próximo año se celebrará el 80º. Descenso Internacional del Sella y poner la primera piedra sería un cumpleaños precioso.
-¿En qué cosas cree que debe mejorar la fiesta de Las Piraguas?
-El Codis debería estar abierto a los cuatro ayuntamientos implicados (Parres, Ribadesella, Piloña y Cangas), así como a los clubes más relevantes. Creo que habría que formar un grupo de treinta personas que se junten cada dos meses, sobre todo ahora, cuando faltan diez meses, para ir haciendo cosas. También hay que potenciar los grupos de apoyo que surgieron ahora, recuperar el desfile, la fiesta familiar y de amistad y poco más.
