La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Diálogos orientales | IÑAKI ARANZETA | Presidente de la Asociación de Amigos del Roble

"Tenemos que dar alternativas al fuego como herramienta de gestión de pastizales"

"Los bosques de roble proporcionan pasto sin necesidad de desbrozar, ya que el árbol compite con el matorral; son excelentes aliados que deben ser ensayados"

El ingeniero Iñaki Aranzeta. P. M.

Iñaki Aranzeta Zamora (Vizcaya, 1967) es ingeniero de montes y guarda del medio natural desde 1994. Es cofundador y presidente de la asociación "Proyecto Roble", que ha puesto en marcha un proyecto en un monte público del concejo de Onís.

-La asociación nace casi como reacción al problema de los incendios forestales, ¿qué tienen que ver los robles con las llamas?

-Nacimos para crear y poner en práctica nuevas medidas que ayuden a mejorar esta situación. Como entendemos que la mayor parte de los incendios se producen para regenerar los pastizales leñosos, vemos en los bosques de roble un importante aliado que debe ser ensayado en forma de sistemas silvopastorales (que combinan árboles y pastos), aunque no será el roble la única especie ni estos sistemas son nuestra única propuesta de solución. Estos bosques proporcionan pasto sin necesidad de desbrozar, ya que el árbol compite con el matorral. Esto unido al hecho de constituir la vegetación climática (la vegetación mejor adaptada a un territorio y más estable ecológicamente) representa una solución que satisface las demandas de toda la sociedad. Permiten la actividad ganadera de forma sostenible y proporcionan los servicios propios de los bosques de alto valor ambiental.

-Una parte del proyecto consiste en implicar a los ganaderos para que no quemen una determinada superficie, ¿es necesario contar con ellos?

-Es fundamental. Sin la participación de este colectivo será imposible solucionar la problemática generada por los incendios asociados a esta actividad. Si queremos producir pasto de un modo viable, se requieren cambios en los métodos de producción y en el manejo del ganado. Los desbroces y quemas controladas sólo pueden proporcionar una parte de las necesidades de pasto.

-La Administración opta desde hace años por una única solución, el acotamiento al pastoreo, ¿es útil?

-Además de los acotamientos también se realizan desbroces y quemas controladas, pero son a todas luces insuficientes. En cuanto a su utilidad, sólo puedo aportar el dato que para el período 1990-2012 se mantiene una tendencia ligeramente ascendente de la superficie afectada, por lo que pienso que no vamos en la dirección correcta. Debemos corregir los problemas estructurales del modelo actual para conseguir que el fuego clandestino no tenga que ser la principal herramienta de gestión. No se puede actuar sólo con el castigo. Reservémoslo para cuando no existan otras alternativas.

-Han pasado de la teoría a la práctica en un monte público del concejo de Onís, ¿qué les dice la experiencia?

-Por un lado, nos ha hecho comprender mejor a los gestores públicos debido a la complejidad a la que se tienen que enfrentar para abordar este problema. De lo que se planifica a lo que se termina adoptando por ser viable desde todos los puntos de vista suele haber mucha distancia. Fruto de esta complejidad, pensamos que cualquier estrategia adoptada de un modo centralizado y sin contar con la gente a la que va dirigida está abocada al fracaso. Actualmente, la gente de los pueblos está muy desanimada por los numerosos problemas que se encuentran. Nos hemos sorprendido gratamente al comprobar cómo van colaborando en los trabajos de forma creciente. La práctica nos ha enseñado que la escucha y la empatía facilita mucho las cosas.

-¿Se podría extrapolar este "ensayo" al resto de la comarca?

-Las dos comarcas orientales, interior y costera, presentan características homogéneas, por lo que entiendo que se podría extender sin demasiados cambios. Para el resto de Asturias habrá que adaptarlo a cada comarca, aunque se deberán mantener elementos clave, como la implicación responsable de los ganaderos, la colaboración de otros sectores de la sociedad y el desarrollo de automatismos que hagan más atractiva la reciella, incluso con la presencia de lobo, ya que es la herramienta fundamental para mejorar los pastos.

-¿Ve posible que la Administración, el Gobierno del Principado en este caso, asimile esta propuesta y la institucionalice?

-Intentamos buscar soluciones viables ambiental y económicamente a esta problemática. Conseguir que Asturias tenga una incidencia de los fuegos acorde con nuestra posición geográfica, como el País Vasco por ejemplo, supondría la posibilidad de iniciar nuevas actividades sostenibles que crearían riqueza y empleo en los pueblos, y se frenaría la causa que origina la mayor degradación ambiental en Asturias. ¿Quién se negaría a algo así?

-¿Qué dificultades cree que hay para ello?

-La mayor dificultad es conseguir que la herramienta en sí sea eficaz. Una vez obtenida, entiendo que al principio podrán existir ciertos recelos, ya que habrá que ir redistribuyendo fondos públicos de la extinción a la prevención, siendo cada vez menor el presupuesto global destinado a combatir los incendios. Sin embargo, se generarán nuevas actividades que van a crear mucho más empleo en el sector, y además menos dependiente de los fondos públicos, por tanto más sostenible.

-En la asociación trabaja un grupo de personas voluntarias que ponen tiempo y dinero, ¿necesitan más colaboración?

-Espero que pronto consigamos el primer desbroce del Principado. Apostamos por la participación ciudadana, tanto de las personas directamente afectadas por este problema como de los habitantes de zonas más urbanas. Ojalá algún día los periódicos puedan abrir una nueva sección de fotos, junto con la montaña y las batidas de jabalí, de gente que sale una mañana de fin de semana a colaborar en las múltiples actividades que se pueden realizar para mejorar los montes.

Compartir el artículo

stats