Un espectacular cestón navideño, valorado en alrededor de 10.000 euros, fue entregado ayer, lunes, al Hogar-Residencia Beceña-González, de Cangas de Onís, por los hermanos Caso Rodríguez, Fernando y Vanesa, con raíces familiares en la localidad canguesa de Intriago, al pie del parque nacional de los Picos de Europa, quienes desde hace varios años vienen continuando la marcada estela solidaria de su progenitor, el emprendedor hostelero Vicente Caso Coviella -ya fallecido-, fundador del conocido madrileño restaurante "El Ñeru", uno de los templos de la gastronomía asturiana en la capital de España.

Cincuenta kilos de fabes pintes, cincuenta de fabes canela, cien de garbanzos, veinticinco de arroz, veinticinco de negritos, cien kilos de azúcar, quince garrafas de aceite de oliva, treinta y dos kilos de morcilla asturiana, otros tantos de panceta deshuesada, jamones, mermeladas, coctel de frutas, judías verdes, atún en aceite, fideos, café, polvorones, palmeritas, almendras rellenas, mazapanes, galletas y un largo etcétera configuraban el espectacular surtido.

Tanto el capellán del hogar-residencia, Luis Álvarez, como la directora del geriátrico, Marcelina Martínez, tuvieron palabras de agradecimiento hacia la familia Caso-Rodríguez.

Asimismo, el espectacular lote incluía diez décimos para el sorteo navideño del próximo 22 de diciembre. El acto de donación, que contó con la presencia del alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro, entre otras personalidades de la vida local, se realizó minutos antes del cotidiano almuerzo de los mayores que residen en el citado hogar cangués.

La guinda de la jornada la puso el piloñés Gallardo, uno de los invitados al evento de los hermanos Caso Rodríguez, que deleitó a los asistentes entonando una emotiva canción "a capella", que hizo las delicias de todos los asistentes, siendo correspondido a su término con una atronadora salva de aplausos.

El restaurante El Ñeru, ubicado en la madrileña calle Bordadores, fue fundado en el año 1974 por Vicente Caso Coviella (1948-2005), quien tenía 18 años cuando dejó de cuidar ganado en los lagos de Covadonga y empezó a trabajar como albañil. A la vez, durante los fines de semana trabajaba como camarero en varios establecimientos. En 1974 se hizo con el traspaso de El Ñeru, que desde entonces ha sido un referente de la cocina asturiana en la villa madrileña.