La pérdida de hectáreas aprovechables para pastos como consecuencia del avance del matorral y de los últimos incendios registrados en el Oriente fue el tema estrella de la reunión que ayer mantuvo en Arriondas la Junta Municipal de Pastos de Parres.

Los representantes de los ganaderos llevaban desde octubre solicitando a la administración local el encuentro, que califican de "positivo". "Creemos que hay voluntad de entendimiento, algo que hasta ahora no se había registrado.", contó Francisco Blanco, responsable de la zona de pastos de Llerandi y Vibañu.

Los ganaderos consiguieron arrancar a la junta que preside la teniente de alcalde socialista y concejal de Desarrollo Rural, María López, la promesa de destinar en los presupuestos de 2016 una partida para el mantenimiento de montes y desbroces (la Corporación municipal ya había aprobado una moción del PP para tal fin). Se trataría de una cifra que alcanzaría al menos los 50.000 euros que el nuevo equipo de gobierno ahorra como consecuencia de la bajada de sueldos que IU forzó a cambio de dar su apoyo en la votación para liberar al alcalde Emilio Longo y al concejal de obras, Álvaro Palacios. "Esperemos que la partida sea mayor, para que como mínimo cada uno de los tres representantes de ganaderos cuente con 20.000 euros para contratar una cooperativa de limpieza", explicaron. Otra de las medidas que pidieron fue poner maquinaria de la mancomunidad Parres-Piloña para la limpieza. Los representantes de la Junta de Parres ponen como ejemplo de pérdida de pastos aprovechables a Cea y Cetín, donde de 250 hectáreas sólo se pueden aprovechar 92 , "porque el 87% restante está comido por la maleza. No sé donde van a pastar las reses, por no hablar de las pérdidas de la PAC", remarcaron.

Lo que no consiguieron los ganaderos es librarse de los acotamientos que durante como mínimo un año imperarán en las zonas arrasadas por los incendios del mes pasado. "Nos dijeron que por ley era imposible", remarcaron. La medida se hace sangrante en la zona de la Cuesta de Parres que controla el representante Ángel Laria, donde a falta de mediciones oficiales, se estima que quedaron devastadas más de 100 hectáreas y donde ya hay terrenos acotados hasta septiembre de 2016 como consecuencia de un incendio anterior. Junto a la recuperación de hectáreas aprovechables el otro tema candente fue el avance de la tuberculosis bovina en Parres y la necesidad de un protocolo más flexible para evitar los falsos positivos "que inmovilizan innecesariamente las cabañas ganaderas con el prejuicio económico que conlleva".