Balmori puso ayer a la venta más de 2.000 árboles frutales y plantas ornamentales durante el transcurso de la tradicional feria de Santa Dorotea, único certamen de estas características que se celebra en toda la comarca. La soleada mañana hizo que la presencia de público y, por consiguiente, las ventas fueran elevadas, vendiéndose la práctica totalidad del género presente. Entre los espectadores, gente llegada de todos los puntos de la comarca. El manzano, en todas sus variedades, fue un año más el árbol más vendido. Su precio osciló entre los 6 y los 12 euros. Los presentes mostraron su deseo de que la cosecha de este fruto alcance este año la brillantez lograda durante 2015.

"Es la primera vez que vengo a esta feria. Tengo una huerta donde planto árboles frutales y he venido a ver lo que hay por aquí", dijo Fernando Martín Crespo, de Pendueles. Las madrileñas Elena De las Moras y Claudia Laguna fueron de las más madrugadoras. Madre e hija se llevaron del certamen de Balmori un naranjo y un frambueso. "Tenemos casa en el valle de Ardisana y venimos, al menos, una vez al mes. Un vecino nos había comentado lo de la feria y programamos la escapada de este mes para poder venir", señaló De las Moras. Los frutales adquiridos los plantarán el mes que viene.

Enrique Posada, de la zona del valle oscuru, no falta a la cita con la feria de Santa Dorotea desde hace tres años. "Hay buenos árboles", apuntó. Siempre adquiere manzanos, árbol estrella del certamen. "Los que llevé de aquí hace tres años, ya dieron fruto", dijo. Posada compró los manzanos en el puesto del navizo Cesáreo Cue Amieva. "Llevamos treinta años viniendo aquí. Lo que más vendemos es manzano, perales, nectarinas, avellanos y kiwis", dijo. "Se trata de una feria animada", añadió. Ante la pregunta del secreto para que los manzanos den el mayor fruto posible no dudó. "Hay que abonarlos y podarlos bien. Es importante también fumigar en primavera para librarse de los pulgones", señaló.

Javier Estrada y su mujer María Luisa Sariego de la localidad maliayesa de Bedriñana, no faltaron tampoco a su cita con la feria de la patrona de Balmori. "Ni me acuerdo cuántos años hace que venimos a vender", dijo. Al filo del mediodía, habían vendido casi la totalidad de los árboles. Junto a ellos estaba su nieto de 13 años Luis Pando Estrada. "Me gusta todo lo relacionado con los árboles y quiero seguir con la tradición familiar. Mis abuelos me enseñan muchos secretos y, por los veranos, disfruto con ellos en la finca donde tenemos los árboles", afirmó.

Miguel Amieva y su mujer, Amalia Martínez pasaron por los cuatro puestos de venta que tomaron parte en la feria. Aseguraron que disfrutan enormemente viendo cómo crecen los árboles frutales que plantan en un terrero que poseen Poo. "Intentamos inculcar la afición por los árboles a nuestros nietos. Por los veranos nos encanta sentarnos a la sombra de los árboles que plantamos", señalaron.

La feria de Santa Dorotea de Balmori se celebra, por cuarto año consecutivo, el primer sábado de febrero fecha que este año ha coincidido con la conmemoración religiosa. Junto a la feria de árboles frutales y plantas ornamentales hubo también un animado mercado de artesanía y alimentación. La fiesta continuo por la tarde con una misa solemne en honor a la patrona de Balmori y una espicha.