La cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, uno de los santuarios mundiales del arte rupestre, ya está en perfecto estado de revista. Después de que los empleados del yacimiento realizaran tareas de limpieza y acondicionamiento en los últimos días, la gruta está lista para iniciar la temporada de visitas, el miércoles 16. Como es habitual cuando se suceden las lluvias, hubo inundaciones durante el último temporal en el interior de la caverna, por la que discurre el subterráneo río San Miguel, pero se ha limpiado la gruta y se han reparado las luminarias, las balizas y las baldosas dañadas por la avenida. Así que Tito Bustillo, cuyo nombre popular es el Pozu'l Ramu, está "bien, para abrir ahora mismo", según subrayó el encargado de la cueva, Alfonso Millara, quien, junto con cinco guías, atenderá a los visitantes.
También va mejorando el exterior de la gruta, en la zona de Ardines, donde se están erradicando -eso sí, muy poco a poco- los eucaliptos cuyas raíces estaban empezando a afectar a las paredes sobre las que los artistas prehistóricos plasmaron sus pinturas y grabados. A la espera de la publicación de una monografía del investigador Rodrigo de Balbín, no hay ningún estudio nuevo sobre la cueva, aunque sí restan algunas zonas por estudiar detalladamente, lo que podría conducir a nuevos hallazgos. En cuanto a las visitas, ver la cueva de Tito Bustillo en los días centrales de la Semana Santa aún es posible, pero se torna cada vez más difícil. Del 23 al 26 de marzo los pases están "prácticamente completos", según informaron fuentes de Recrea, la empresa pública que gestiona las entradas a la cueva. Quedan plazas sueltas en alguno de los turnos, cada vez menos, pues este periodo vacacional "suele ser de bastante afluencia", explicaron esas mismas fuentes. Sí hay huecos en la que será la primera semana de apertura de este año, la comprendida entre el próximo miércoles, día 16, y el domingo 20. Hay disponibilidad de plazas todos los días. Todo indica que a partir del domingo 27, el último día de la Semana Santa, la demanda de reservas será menor hasta que comience el verano. No obstante, es importante reservar.
Piden señales en la autovía
Una de las asignaturas pendientes de la Consejería de Cultura, responsable de la cueva, es lograr que el Estado coloque señales indicativas en la autovía del Cantábrico (A-8), donde, pese a su relevancia, no hay ni una sola pista acerca de la gruta. Al presidente de la asociación "Hostelería de Ribadesella", Bruno Lombán, le parece "ilógico que la cueva no esté señalizada en la autovía, mientras que sí lo están Altamira y el Soplao".
El empresario cree que el yacimiento tendría "más visitantes", porque, a pesar de que quien la quiere visitar "lo mira en el mapa o en 'Google' y llega, otra cosa son las personas extra que captes. Turistas que quizás sabían la cueva que estaba por la zona, pero no exactamente dónde, y que al ver la señal entran, es más sencillo", añade Lombán, para quien la señalización "no dejar de ser promoción". El representante del sector turístico local apuntó, además, que "cualquiera que se desvíe para ir a la cueva, come, cena, duerme aquí. Todo lo que meta visitantes en el pueblo, mejor", añadió.
