Parres mantuvo ayer por seguridad el veto sobre el consumo de agua del grifo en Arriondas. La prohibición se fijo el lunes después de que los servicios técnicos municipales observaran anomalías en la red de aguas que obligaron a clausurar el depósito auxiliar de Pendás.

Aunque el cloro y el color del agua ayer ya era "normales", desde el Consistorio parragués optaron por mantener las reserva sobre el consumo humano "por cautela" al menos hasta hoy, fecha en que previsiblemente se dará a conocer el resultado bacteriológico.

La red de abastecimiento de agua de Arriondas utiliza desde el lunes el depósito principal, ubicado en La Toya.

Fueron los vecinos del barrio de El Barco los que el lunes dieron la voz de alarma, alertados por el raro olor y sabor que desprendía el líquido. El equipo de gobierno socialista puso entonces el suceso en conocimiento del Departamento de Salud Pública y colocó bandos desaconsejando a la población el consumo de agua. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga las causas del vertido anómalo que obligó a clausurar el depósito de Pendás.