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El germen de la fiesta de les Piragües está en Coya

Los vecinos de la localidad piloñesa preparan un himno y originales disfraces para la competición del 23 de abril

Miembros de la asociación "Roblón de Coya" diseñan sus disfraces. C. CORTE

Todos arriman el hombro para que el XXXVII Descenso del río Piloña, que se celebra el 23 de abril, sea un éxito pero los residentes en Coya lo hacen con especial cariño. El motivo: su vecino, el fallecido Dionisio de la Huerta, fue el padre y creador de la prueba, que cada año gana más adeptos. "Dionisio hizo su primera excursión fluvial entre Coya e Infiesto, en compañía del ahijado de su padre, el médico gijonés Benigno Morán, con una piragua plegable traída de Barcelona. Aquellos cinco kilómetros fueron el germen de la fiesta de les Piragües (Arriondas-Ribadesella), que este año cumple su 80.º edición, por lo que nos sentimos orgullosos", contó María del Mar Martino.

La lugareña preside la recién creada asociación cultural "Roblón de Coya", un colectivo que trabaja a pleno rendimiento en la elaboración de disfraces y collares para animar el desfile del Descenso, que partirá a las 15.45 horas de la estación de tren de Infiesto. "Estamos creando disfraces y un himno pero no podemos revelar nada, queremos que sea una sorpresa. Se trata de una actividad intergeneracional que nos une a todos", presume. Su afirmación la avalaban ayer las niñas Lucía Vera, Marina Alonso y Silvia Suárez, que con ojos curiosos observaban a los mayores, que cortaban y cosían collares en el centro social de Coya (antigua escuela). José Antonio Fernández, de 79 años, tampoco quiere perderse el proceso. "Cuando era joven me disfrazaba de cabezudo y lo pasábamos en grande" cuenta este piloñés, que conoció en persona al fundador del Descenso. "Dionisio era catalán pero veraneaba en Coya siempre, al lado de mi casa. Le gustaba mucho escribir cartas a amigos y periódicos y venía a verme para que se las bajara a Infiesto porque yo trabajaba como cartero. Era buena persona", contó.

Arancha Valiente y Lucía Hevia no llegaron a conocerlo pero casi saben casi de memoria sus andanzas de tanto escucharlas en el pueblo. "Los abuelos paternos de Dionisio vivían en La Huertona pero la familia vendió el terreno", contaron ayer las residentes al tiempo que plegaban varias capas de papel de seda para hacer los collares. "La idea de los collares la importó de la India, donde estuvo con el equipo español de tenis compitiendo. Se trasladaban en un lujoso vagón de tren para jugar en las distintas ciudades y al llegar a las estaciones era costumbre que les recibían con collares de flores naturales y bandas de música", señaló la residente Aurora Hevia. Vecinas como Paula Sánchez o María Jesús Junco pusieron en valor la decisión de los comerciantes piloñeses de impulsar un descenso popular desde La Devesa hasta el Puente Vieyu el día 23 por la mañana, con espicha incluida. Ese día, a las 17.00 horas, dará comienzo desde el Puente Vieyu el descenso en K-1 que organiza el Club Neptuno hasta Sevares.

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