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Regala 100 toneladas de algas que sirven de abono en León tras ser denunciado en Asturias

"El material no tiene restos químicos", indica el empresario llanisco Antonio Oves, a quien Medio Ambiente ha expedientado

Una pala, sacando las algas en Barru, el pasado fin de semana. EMILIO G. CEA

El empresario llanisco Antonio Oves ha decidido llevarse a León 100 toneladas de algas agotadas (previamente tratadas en una fábrica de agar agar de Bricia), tras ser denunciado y expedientado en Asturias por acumularlas en una finca de su propiedad en Barru. Lo que en Asturias es motivo de expedientes y, previsiblemente, de multas, en León servirá para utilizarlo como abono. Gratis: Oves lo regala, como hizo hasta ahora en Asturias.

El emprendedor celoriano resaltó que el material "ni tiene restos químicos, ni es contaminante", pero se enfrenta a una posible multa de Medio Ambiente tras una denuncia interpuesta por vecinos de Celoriu. Hasta este fin de semana Oves apilaba material de manera temporal en su finca, mientras lo repartía entre aquellos agricultores o empresarios que lo reclamaban para ser utilizado como abono.

El celoriano asegura que es excelente para ese cometido. Tras la denuncia interpuesta hace unos días por una asociación vecinal de Celoriu se presentó en la zona un técnico de Medio Ambiente. Este organismo ha abierto a Oves un expediente sancionador.

Todo apunta a que el entuerto se resolverá con una multa económica. Mientras el expediente se resuelve, Oves, entre el viernes y el sábado, ha retirado todas las algas con una pala y las ha trasladado en varios camiones a León en su mayor parte.

"En Barru ya no queda nada. Lo he retirado absolutamente todo", subrayó.

El material está analizado "cincuenta veces por el Seprona. Yo, de mi bolsillo, he pagado hasta dos análisis que tengo en casa, los cuales dan negativo en productos químicos.

Este material se tiraba en la cuesta de Niembru y yo con camiones lo retiré de allí. Toda la vida se utilizó como abono pues a las algas les han retirado el producto y no tienen resto alguno de producto químico", aseguró. Preguntó a Medio Ambiente dónde podría depositar este material, que recoge en la planta especializada desde hace un año. No ha recibido respuesta. "Nadie me dice a dónde lo tengo que llevar, ni lo que tengo que hacer con él. Siempre se ha utilizado como abono", insiste.

Oves depositaba los residuos mientras terminaban de secar, como se hace tradicionalmente con las algas. "Allí no se dejaban. Era solo un lugar de paso. Se secaba pues los camiones no pueden llevar más de veinticinco toneladas de peso. Si no se recude la mitad de lo que transportábamos sería agua", manifestó

En León, Oves repartirá gratuitamente el abono entre aquellos agricultores que se lo pidan. "Allí lo mezclan con el estiércol de las ovejas. Yo solo cobro por sacar este material de la planta y lo reparto de manera gratuita entre quien me lo pida", añadió.

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