La Guardia Civil trata de averiguar la identidad de las personas que en la madrugada del jueves al viernes colgaron dos cabezas de lobo del puente "romano" de Cangas de Onís. Los restos de los dos cánidos fueron rescatados a las cuatro de la mañana por una patrulla de la Policía Local. Las cabezas estaban amarradas con cuerda, una a cada lado de la Cruz de la Victoria, que cuelga en el centro del monumento. La Policía Local entregó los restos al Servicio para la Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA), que se encarga de las averiguaciones.

No es la primera vez que aparecen restos de cadáveres de lobo troceados en Asturias. En las últimas semanas han ocurrido hechos similares en diferentes puntos de la región, lo que ha provocado la indignación de los grupos conservacionistas. Ayer mismo, la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies (CEA) y la Asociación para la Conservación y Estudio del lobo (Ascel) relacionan la aparición de las cabezas de lobos en Cangas de Onís con una batida para eliminar ejemplares de esta especie celebrada veinticuatro horas antes, el jueves, en Amieva, en el entorno del parque nacional de los Picos de Europa. Según los ecologistas, en la batida, organizada por el Gobierno del Principado, intervinieron batidores, entre los que, supuestamente, había una veintena de ganaderos, cuya presencia como tales no esta permitida por la legislación vigente.

"Resulta sorprendente que en esta cacería no abatieran ningún lobo los guardas, pero si aparecieran casualmente dos cabezas de lobo colgadas en Cangas de Onís la noche del jueves", señalaron los conservacionistas, que ve "cuanto menos extraña" la coincidencia "de estos gravísimos hechos". Añaden que ya aparecieron en las últimas semanas otros lobos colgados por Asturias "coincidiendo con batidas del Principado, sin que sepamos que se haya encontrado a los culpables".

"Estos graves hechos que venimos denunciando desde hace años demuestran que el furtivismo y las practicas ilegales en los controles del lobo se están permitiendo y eso da alas a algunos colectivos a seguir con el furtivismo consentido", añaden los ecologistas.