Mara Santos (Palencia, 1969) ha ganado el Descenso Internacional del Sella en veintidós ocasiones, veinte en solitario y dos en K-2. Hace cuatro años que dejó el remo y ahora trabaja como entrenadora deportiva en Palencia. Hoy recibirá en Arriondas el premio "Valores del Sella".
-Con su palmarés y su pasión por la piragua no tuvo que ser fácil la decisión de dejarlo.
-Fue muy difícil y muy duro. Se me notaba en el carácter.
-¿Por qué empezó a remar?
-Mi padre creó el Fuentes Carrionas, el club de Velilla del Río Carrión. Somos cuatro hermanos y nos vinculó al piragüismo desde muy pequeños; con 7 años viví mi primera competición en Somo, en Cantabria. Entonces montábamos en la piragua y jugábamos, no teníamos disciplina de entrenamiento, pero mi padre nos vinculaba a la competición porque así nos tenía a todos sujetos.
-¿Cuál ha sido su relación con el Sella?
-A esa misma edad, a los 7 años, ya nos llevaba a ver el Descenso del Sella. Con 16 años fue la primera vez que bajé en K-1 y gané en absoluto.
-Tras esa primera victoria llegaron veintiuna más...
-Sí, a partir de ahí ya ganaba en K-1 siempre. Veinte veces en K-1 y dos en K-2, una con María Pineiro, de As Torres de Catoira (Galicia) , y la otra con la luanquina María Isabel García.
-¿Pensó en algún momento en intentar dedicarse de forma profesional a la piragua?
-En Castilla y León es imposible dedicarte a esto. Tienes que ser entrenador y trabajar para la Federación Española de Piragüismo. La mayoría de entrenadores ponen dinero de su bolsillo, como Fernando Delgado, del Club Palentino, que compraba embarcaciones para que los niños pudieran competir. Este deporte no es profesional, no se gana dinero, sólo hay premio en metálico en el Sella. El material es muy caro.
-¿Qué opina de la polémica suscitada a raíz de la negativa del Codis a que Manuel Busto y Beatriz Manchón puedan competir en la categoría K-2 senior?
-No les dejarán salir adelante porque es hacer un feo a las otras K-2 mixtas, que salen bastante después. Son leyes. No quiero entrar en conflictos ni polémicas, pero es igual que en otros deportes. Yo he ganado a las damas K-2 saliendo muy por detrás de los juveniles. Son las leyes, no veo discriminación machista. Yo he hecho trampas y, cuando me han castigado, lo he asumido.
-¿Pueden confesarse esas trampas?
-He remado por hombre muchísimas veces. Una vez, en la travesía de Villaviciosa, que era la Copa de Ríos, Los Gorilas se quejaron porque remaba como hombre y les perjudicaba en la clasificación. Mi padre, para que no me sancionaran dos años, dijo que me había obligado bajo amenaza. Se echaron a reír y la Federación me perdonó. Mi padre ha sido muy tramposo en ese aspecto, me hacía correr con mi hermano Marco como hombre. Me ponía un gorro. Tengo muchísimas anécdotas. En mi primera competición, por ejemplo, en la que gané un trofeo con mi hermano Marco, teníamos 9 y 11 años y ganamos a las damas de 16. La cosa es que mi hermano corrió con el dorsal de Isabel y yo de Eva (risas). Cuando llegó la hora de subir al podio y se enteró de la trampa, lloraba y decía: "¡Yo no soy una niña!".
-¿Denotaban estas "trampas" la necesidad de un cambio en el deporte?
-Sí, claro. Antes no existía la categoría mixta, que hoy en día está muy valorada.
