No toda la basura de la fiesta de Las Piraguas acaba en el vertedero. Plásticos de tiendas de campaña, cuerdas, botellas sin abrir o usadas, cacerolas y otro menaje doméstico son reutilizados por muchas personas que aprovechan el tiempo de transición entre que los "selleros" abandonan la acampada y los servicios de limpieza entran a limpiar. Así ocurrió ayer en el prau San Juan de Ribadesella.

Para unos es necesidad y para otros una cuestión práctica. "A falta de más ayudas del gobierno, hay que arreglarse como uno puede", explica un hombre, de mediana edad, que prefiere no desvelar su identidad mientras apila en un rincón varias ollas olvidadas por los campistas.

Para Pilar Gómez se trata de reutilizar plásticos que, de otro modo, irían a parar a la basura. "Me vienen bien para tapar varias cosas en mi casa y suelo venir a esta hora para aprovecharlos", indicó antes de continuar a la busca y captura con su carrito. El desalojo de la acampada se produjo ayer con la misma armonía con que se celebró la fiesta. "Ha habido un ambiente inmejorable. Esta acampada es la leche", aseguró el madrileño Ángel Villaverde mientras el grupo de 25 amigos recogía sus enseres tan rápido como la resaca les permitía. Procedentes, además, de Burgos, Vitoria y Santander, entre otros, los jóvenes destacaron el "excelente ambiente" que se vive en Las Piraguas. Sí notaron "un poco menos de gente" que en ediciones anteriores, una percepción que los langreanos Aitor González y Miguel Bayón corroboraron. "Hubo mucha menos gente que otros años, sobre todo el sábado", explicó el primero antes de que el segundo matizara: "Creo que la gente vino al Sella antes que otros años, de miércoles, y se fue antes también para disfrutar del Xiringüelu de Pravia".

En el prau san Juan quedaban a mediodía apenas los últimos restos de la fiesta, pues la villa estaba limpia por completo y sólo algunos "dobletes" indicaban la fiesta del día anterior.

Incidentes

La del Sella es una fiesta cada vez con menos incidentes, algo que refleja el continuo descenso de llamadas que se realizan al 112. Este año fueron 222 frente a las 241 de la edición pasada y las 350 de 2012. Del total de avisos de esta 80.ª edición, 84 requirieron la movilización de algún tipo de recurso (hubo 57 emergencias en el concejo de Ribadesella y 27 en Parres).

Por su parte, la Guardia Civil ha notado un descenso de la droga intervenida (3,40 gramos de cocaína y 53,8 de hachís). En los cuatro días que duró el dispositivo de seguridad se realizaron tres detenciones y se tomó declaración a una cuarta persona en calidad de investigada. Dos fueron por tráfico de drogas (el sábado en Ribadesella y Llanes) y por un delito contra la propiedad (ayer, en Cangas de Onís, por robar el móvil a una pesrsona en Arriondas). En el caso del detenido en Ribadesella, éste está imputado por atentar contra los agentes, a los que se resistió y uno tuvo que ser atendido en el centro de salud.