Hace medio siglo que su vida se apagó pero ayer, Ramón Sobrino Pérez, "El Nino de Pancar", estuvo más presente que nunca en los festejos del día grande de San Roque en Llanes. El hombre que dotó de personalidad propia al pericote que se interpreta en esta celebración fue homenajeado de la mejor manera posible: con quienes fueran algunos de sus discípulos y las nuevas generaciones, interpretando el famoso baile tal y como "El Nino de Pancar" lo concibió.

Hasta tres pericotes distintos se interpretaron ayer en Llanes. El primero, bailado por seis triadas formadas por leyendas del bando, abrió el festival folclórico en la plaza de Parres Sobrino, en medio de una cerrada ovación de los presentes. Ángel Purón, aventajado discípulo de "El Nino de Pancar", fue el encargado de dar los cambios y dirigir el baile. Si el pericote de leyendas abrió el festival folclórico, otro pericote interpretado por los jóvenes del bando, lo cerró.

Por la tarde, en la calle Nemesio Sobrino, se bailó un multitudinario y espectacular pericote intergeneracional, en el que tomaron parte treinta y dos triadas al ritmo de la gaita y el tambor que tocaron el mediático gaitero José Ángel Hevia y su hermana María José. Javier Morán, sobrino nieto de "El Nino de Pancar", fue el encargado de dirigir tan especial pericote. "Estoy muy emocionado", acertó a decir Morán al terminar el baile, mientras recogía una inmensa ovación y todo tipo de parabienes del público presente. "Me crié con una foto de "El Nino de Pancar" y otra del gaitero Manolo Rivas en casa", indicó aún con la emoción a flor de piel. Morán hizo triada durante la interpretación de este monumental pericote con sus hijas Celia y Marta.

La jornada folclórica de las fiestas del día grande de San Roque se completó con el XVIII Encuentro regional de bandas de gaitas.