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Critican que la senda peatonal de Arenas a Poo no se haya culminado

El gobierno de Cabrales negocia desde 2015 con la dueña la cesión del terreno

Un caminante avanza por la senda de Poo a Arenas. EMILIO G. CEA

Pese a los doce años de tramitación y uno más de obras, el proyecto de ordenación hidráulico-sanitaria del río Casaño, en Cabrales, licitado en 3,6 millones de euros, se ha quedado doblemente cojo. Primero, porque solo se ha acometido el tramo entre Arenas y Poo, pese a que inicialmente iba a sanearse también hasta la capital del concejo, Carreña. Y, segundo, porque el prometido paseo peatonal junto al río no pudo ser completado debido a la imperiosa necesidad de cerrar la obra antes del 31 de diciembre de 2015 para no perder las ayudas europeas. Así las cosas no hay saneamiento entre Carreña y Arenas y en un tramo de unos 200 metros de longitud tampoco se ha podido ejecutar el paseo.

La ausencia de saneamiento ha provocado críticas -tímidas, eso sí- por parte de algunos vecinos. Por el contrario, la ausencia del tramo de senda peatonal sí ha generado hondo malestar entre caminantes y turistas. Sobre todo porque el hecho de que no haya senda a la entrada de Arenas obliga a los caminantes a acercarse a la carretera durante un trayecto. Los usuarios reclaman una solución para completar de una vez por todas la senda.

Lo ocurrido tiene una fácil explicación para el alcalde de Cabrales, Francisco González, del Partido Popular (PP), quien no duda en quitar importancia al hecho de que el recorrido se haya dado por finiquitada sin estar acabado en su totalidad.

Según explicó el regidor, que gobierna en coalición con Foro y Somos Cabrales, la propietaria de los terrenos sobre los que debería discurrir la senda no los cedió al estar no incluidos en el plan de expropiación inicial de la obra. González sostiene que la senda, en un primer momento, no iba a discurrir por esos 200 metros inconclusos, por donde finalmente fue, de ahí el problema. González ha mantenido contactos con la propietaria para poder conseguir el terreno sobre el que finalizar la senda, sin que de momento haya obtenido resultados satisfactorios. "Confiamos en que en negociaciones futuras podamos llegar a un acuerdo", indicó al Alcalde.

Claro que ahora esos 200 metros ya no podrán recibir ayudas europeas, por lo que deberán ser acometidos por el Ayuntamiento de Cabrales, bien mediante financiación propia, bien con respaldo del Principado o de la Confederación. La ordenación del río Casaño, anunciada ya en 2002, fue uno de los proyectos que la Administración logró "salvar" a última hora de entre los que integraban el denominado "plan Agua". También figuraron en esa relación de proyectos finalmente ejecutados la ordenación sanitaria del río Cares-Deva, en Panes (Peñamellera Baja), y la renovación de la red de abastecimiento de agua al núcleo urbano de Cangas de Onís. Estos tres proyectos salieron adelante in extremis gracias a la presión de los alcaldes. Los plazos se cumplieron por los pelos, pese a que las dos administraciones implicadas (central y autonómica) disponían del dinero europeo desde el año 2007, y ya en el 21 de mayo de aquel año firmaron un protocolo con 32 proyectos, muchos de los cuales no se ejecutaron, lo que supuso perder ayudas europeas por valor de 15 millones de euros.

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