La vuelta al cole no siempre resulta fácil para los más pequeños, que vienen de pasar el verano con horarios y rutinas más laxas. Así que para evitar que sea un poco traumática, la psicóloga Susana Alba Cardeli, da una serie de consejos a las familias para que sus hijos empiecen el curso con buen pie.
En primer lugar, los escolares necesitan adaptarse al nuevo horario poco a poco. No se puede pretender que vuelvan a levantarse a las 7 o a las 8 de la mañana el mismo día de empezar sus clases. Por lo que la psicóloga propone que dos semanas antes ya vayan acostándose más temprano y poniendo el despertador antes. "También hay que empezar a adaptarles los horarios de las comidas y cenas, ya que seguramente en verano habrán cambiado", aconseja Susana Alba. Con estas pautas, en la última semana de vacaciones tendrían que seguir ya el nuevo horario del curso. "Si te cuesta que duerman por las noches, prográmales actividades por las tardes para que lleguen cansados a casa: llévalos a la piscina, a jugar al parque, a algún museo...", recomienda.
En el cambio de los hábitos alimenticios también está la clave del éxito en la vuelta al cole. En verano se suele levantar más la mano con la dieta y con el calor se consumen más helados y refrescos y como hay más tiempo libre, se pica entre horas. "Es muy importante que antes de que empiece el colegio acostumbres a tus hijos a volver a su dieta sana y equilibrada: un desayuno completo, una comida variada, merienda y una cena ligera", destaca la psicóloga. Argumenta que el que "tus hijos tengan una dieta equilibrada hará que rindan más en el colegio".
Preparar el material escolar es igualmente importante. Esta experta no ve conveniente esperar a última hora para comprarlo y sí hacer partícipe a los niños, que además necesitan una preparación psicológica antes de volver a clase. "Cuando queden un par de semanas para empezar, habla con tus hijos sobre el nuevo curso. Explícales que es un curso importante porque aprenderán muchas cosas y volverán a ver a sus amigos", recomienda Susana Alba. Añade que no está de más repasar "las cosas más relevantes que aprendieron el curso pasado para que empiecen el nuevo curso al día". Eso sí, no hay que hacerlo con agobios porque "más vale poco y bien hecho que mucho y mal". Hay que tener en cuenta que si el niño cambia de centro, de etapa o de ciclo necesitará más atención. Cualquier cambio, al igual que les ocurre a los adultos, puede ser traumático para ellos. Por eso, la psicóloga recomienda hablar con los escolares y dar un enfoque positivo a ese cambio, así como estar pendiente de su evolución las primeras semanas. Incluso, no sobra coordinarse con el centro escolar para lograr una adaptación adecuada y positiva.
En el caso de los más pequeños, vencer los lloros es muy importante, pues "desprenderse de los padres es una situación muy dura para ellos", explica Alba Cardeli, que recomienda acompañarles al colegio los primeros días, animarlos, calmarles y es importante que vean a sus progenitores tranquilos y con una sonrisa. Eso les dará confianza y seguridad.
Planificar las actividades extraescolares es bueno. "Son importantes porque suelen ser más lúdicas que las que hacen en el colegio y si están bien escogidas y organizadas favorecerán el rendimiento escolar de nuestros hijos, desarrollarán su madurez y favorecerán sus competencias sociales", destaca Susana Alba. No obstante, está bien que las clases se adapten a sus gustos y preferencias para que no se conviertan en una obligación para ellos. "Tampoco les llenes toda la semana de actividades porque acabarán saturados y sin tiempo para hacer sus deberes o para jugar, algo fundamental para su desarrollo emocional y psicológico", remarca la experta, que, por último, recomienda paciencia hasta que los niños se adapten a la nueva situación, pues la vuelta al cole es una época de cambios para los niños. "Es importante que estés con ellos cuando lo necesiten animándoles y ayudándoles siempre, te pidan o no ayuda", apunta.
Normas como fijar unos períodos para ver la televisión o usar el ordenador, la tableta o la videoconsola tampoco están de más. Facilitarles un lugar confortable donde establezcan una rutina de estudio (mismo lugar y hora) para realizar sus tareas escolares hará que el niño se sienta más cómodo y rendirá más. Asimismo es recomendable compensar las tareas de obligación y deberes con otras más distendidas y de ocio.
La experta recuerda la importancia de preocuparse por lo que los niños han hecho en clase, pero "sin atosigarles demasiado ni dando la sensación de que el único interés como padres es el colegio exclusivamente", concluye.
