Final feliz para la historia de la peregrina alemana Martina Herfurth y su perra "Anok". Un tierno abrazo, al filo de las 19.30 horas, en la zona del alto de La Canal, situado entre Barru y Balmori, volvió a unirlas dieciséis días después de que el ruido de un volador las separase el 13 de septiembre en Nueva. Martina estaba haciendo el Camino de Santiago desde Zarauz en compañía de sus perros "Anok" y "Danger", su única familia, según sus propias palabras, cuando perdió de vista a la perra tras salir ésta despavorida por la explosión de un cohete.

"Es el día más feliz de mi vida", decía con los ojos vidriosos. No se separaban la una de la otra. La conmovedora historia de la desesperada búsqueda de Martina, quien incluso había pedido una excedencia en su trabajo como pedagoga en Branderburgo para centrarse en la tarea de buscar a "Anok", provocó una cascada de reacciones a través de las redes sociales y de su publicación en LA NUEVA ESPAÑA, el pasado martes. Decenas de personas han tomado parte en las diferentes batidas programadas en los últimos días siguiendo las pistas sobre el paradero del can que iban apareciendo. A última hora de la tarde, el equipo de búsqueda de la perra brindaba con todo tipo de bebidas en el restaurante La Parrera de Niembru. Invitaba Félix Obeso, alma máter del establecimiento y actor fundamental para que la historia haya tenido un final feliz. La perra, de tres años y medio, cruce de husky con lobo irlandés, apareció a 15 kilómetros del lugar donde se perdió.

Félix Obeso Rosete completaba ayer en coche, al filo de las 10.30 horas, el recorrido entre Niembru y Posada cuando vio a la perra por la orilla de la carretera. "Venía corriendo. Di la vuelta con la intención de seguirla. Había conocido la historia de la perra de la peregrina a través de LA NUEVA ESPAÑA y pensé que podía tratarse de ella. La perra se asustó, salió de la carretera y se metió por unas fincas. Estaba convencido de que era ella, pues me había fijado en el collar y la cadena de la foto que vi en el periódico. Estoy muy contento de que haya aparecido", dijo. La noticia de que Obeso había visto al can en Niembru corrió como la pólvora, movilizándos varios voluntarios para tratar de localizarla durante toda la jornada.

Luis Bernardo y Borja Mata, del colectivo animalista "Mundo Vivo" de Llanes, dieron el último paso para que el abrazo entre Martina y "Anok" se produjese. "Recibimos el aviso de que habían vuelto a verla y nos dirigimos a Niembru. En cuanto la perra vio el coche, salió escopetada. En ese momento decidimos rodear con los voluntarios el bosque donde estaba para que no saliese de allí y llamamos a Martina", explicó Bernardo. Martina se encontraba junto a Francisca García, la cántabra que conoció en el Camino de Santiago a su paso por Santander y que durante estos días ha hecho las veces de traductora de la peregrina, en el piso que una pareja le ha cedido, tras conocer su historia, para que se alojase mientras durase la búsqueda. "Dije a Martina que fuese por un camino y llamase a 'Anok'. Caminó veinte metros, la llamó un par de veces y la perra apareció corriendo. Fue un momento muy emotivo. Todos nos pusimos a llorar", explicó el veterinario llanisco.

Los sollozos de Martina, su perra "Anok" y de todas las personas que tomaron parte en la batida pronto se transformaron en alegría desbordada. "No tengo palabras para agradecer el apoyo de la gente. Me he sentido muy arropada. No olvidaré jamás lo que han hecho por mí", dijo Martina, que acariciaba a "Anok" con la mano derecha y sostenía a "Danger" con la izquierda. La familia volvía a estar unida.