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IGNACIO TORRES RUIZ-HUERTA | Director del proyecto Life+ Urogallo cantábrico

"El urogallo ha desaparecido del 70% de los lugares que ocupaba hace tres décadas"

"Hacer un censo global con las nuevas tecnologías es una labor pendiente"

Ignacio Torres, en Ponga. C. CORTE

Ignacio Torres dirige el "Life+ Urogallo cantábrico", un proyecto europeo coordinado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente -en la que ejerce como subdirector técnico- con el objetivo de frenar el declive de esta subespecie en peligro de extinción. Torres es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid y ayer presentó en la casa de cultura de San Xuan de Beleño (Ponga) los resultados finales del proyecto.

-Tras seis años de trabajos la población del urogallo cantábrico sigue en descenso. ¿Se puede ser optimista?

- No estamos nada optimistas con la situación que tiene el urogallo cantábrico en toda su zona de distribución, en franca regresión pero sí con los resultados humildes del proyecto que no soluciona el problema pero sirve para dotarnos de herramientas de cara al futuro. El centro de cría de Sobrescobio empezó con dos ejemplares de puestas y hay 22 ahora, lo que permite un stock genético y ha permitido recabar datos de interés sobre la especie, reproducción, comportamiento...

-¿Cuántos ejemplares de urogallo cantábrico cantábrico quedan vivos?

-El último censo de 2005 estimó que existían menos de 500 ejemplares. Han desaparecido del 70% de los lugares que ocupaba hace tres décadas. En la actualidad en oriente posiblemente ya no queden y en la cordillera habrá en torno a 150 machos. Hacer un censo global con las nuevas tecnologías que hay a nivel genético, cogiendo muestras de excrementos con las que puedes acabar identificando a cada individuo es una labor pendientes pero no teníamos capacidad de financiación dentro del proyecto para llevarla a cabo y es lo que ha ofrecido el subdirector general de medio natural del Ministerio de Agricultura en este encuentro.

-¿Cuál ha sido el motivo del declive de la especie?

-Los expertos coinciden en que responde a una combinación de factores globales como la sobre caza en los años 70, la pérdida de hábitat favorable, la depredación pues es una especie que todo el mundo se quiere comer.

-¿Ha influido la acción humana en el declive?

-La instalación de vallados y alambradas ganaderas pueden en ocasiones causar la muerte por colisión en días de reducida visibilidad. La actividad turística no debería ser problema si se toman medidas para limitar molestias.

-¿En qué se ha centrado su trabajo durante este tiempo?

-Ejecutamos medidas concretas de gestión del hábitat del urogallo cantábrico en más de 400 hectáreas con desbroces y firmado 29 acuerdos de custodia con propietarios para crear zonas de refugio y alimentación en lugares donde tenían competencia con el ganado silvestre como los ciervos. También se desarrolló una labor de concienciación, llegando a 120.000 personas en el ámbito de la cordillera y más de dos mil escolares y se ha trabajado en aspectos de reducción de amenazas cambiando 60 vallados peligrosos, tendidos eléctricos o la insonorización de una subestación eléctrica en el Collado de la Vieja y desarrollado un programa de cría en cautividad.

-¿Cuáles han sido las principales dificultades de la cría en cautividad?

-La tasa de eclosión de los huevos, que es baja al igual que en el medio silvestre.

-¿Qué continuidad tendrán las acciones de conservación de al acabar el proyecto?

-La Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura seguirán apostando por la conservación de especies en peligro de extinción. Las comunidades autónomas tienen competencia en el territorio y estaremos a su disposición para coordinar los proyectos que sean necesarios.

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