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El gusto por el movimiento tiene premio

El Colegio de Licenciados en Educación Física distingue a Javier López, exprofesor en Cangas, por su promoción del ejercicio

Javier López Guijarro, en el puente Emilio Llamedo de Arriondas. CRISTINA CORTE

"Estoy contento, porque tener el reconocimiento de los compañeros siempre presta". Así recibe Javier López Guijarro el homenaje que el Colegio Oficial de Licenciados en Educación Física (Colef) de Asturias le brinda el día 26 en Gijón coincidiendo con las I Jornadas de Actualización en Deporte y Salud. El colectivo, que cuenta con 322 asociados, pone en valor el fomento del ejercicio físico que este profesor jubilado realizó en la comarca oriental. Y eso que los comienzos no fueron fáciles: cuando ocupó la plaza de maestro de educación física en el instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís a comienzos de los años 80 no había ni gimnasio y la oferta deportiva se reducía al fútbol y el piragüismo. "Pedí a los chavales cosas normales como que vinieran a clase con ropa de deporte y empecé a recibir anónimos de los padres en que me decían que quién me creía que era", cuenta.

Lejos de desanimarse, este madrileño licenciado en INEF y en Pedagogía continuó su labor en el centro apostando por la introducción de nuevas disciplinas como balonmano, bádminton o voleibol. "Pusimos en el patio unos postes con tensores de acero amarrados al suelo y mandamos hacer unos agujeros. Tampoco había material así que me tocó comprar los primeros balones", explica el homenajeado, que tras unas vacaciones en Asturias conoció a la que sería su mujer, Nelly Cofiño, y decidió instalarse en Arriondas, donde completó su tesina sobre la pesca del salmón.

A falta de unas instalaciones deportivas cubiertas, Guijarro improvisó un gimnasio en aulas del ala derecha del instituto cangués (actual edificio de la FP). "El techo estaba derrumbado. Llené doce sacos de escombros y me lesioné con un clavo en el talón durante la operación de rehabilitación. El primer material fueron diez tatamis viejos que nos donaron", apuntó. Gracias a sus esfuerzos, el gusto por la actividad física fue calando hondo no sólo entre los más jóvenes. "Entre la población adulta también había una inquietud y formamos un grupo de gerontogimnasia y otro de gimnasia de mantenimiento en las instalaciones del colegio Reconquista", señala.

Guijarro se convirtió en asesor del concejal de Deportes del Ayuntamiento de Cangas de Onís y durante 14 años ejerció además como director de las instalaciones deportivas de Arriondas. Sus obligaciones las compaginó con la práctica de su deporte favorito, el rugby en el club de Oviedo, donde acabó ejerciendo como jugador, preparador físico y entrenador al mismo tiempo tras su paso por la selección nacional.

El homenajeado se jubiló el año pasado, pero no por ello dijo adiós al deporte: entrena a diario con su bici estática a pesar de estar operado de la cadera y entrena a un grupo de voleibol mixto de adultos en Cangas un par de veces por semana. "El voley me ha dado muchas satisfacciones. Hizo que muchas mujeres se engancharan al deporte y algunas como Beatriz Vázquez o Inma Díaz llegaron a la élite y los torneos mixtos que impulsé en Cangas y Arriondas siguen teniendo mucho tirón dos décadas después" dijo. Lo que más destaca Guijarro de su trayectoria es "la calidad humana del alumnado". "Me lo he pasado muy bien con ellos, soy un enamorado de mi profesión y mi único objetivo fue siempre enseñarles el gusto por el movimiento, que corrieran y saltaran", concluyó.

Además del exprofesor, que recibe el premio de forma individua por ser la suya la candidatura la más votada, el Colef de Asturias homenajeará de manera colectiva a Fran Flores, Iván Pastrana y Joaquín Fidalgo por "ser emprendedores de la educación física".

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