Los mayores también crecen. Y si no, que se lo digan a la asociación "Los Más Grandes" de Ribadesella, que suma casi 1.500 pensionistas convencidos de que se puede envejecer en movimiento. El colectivo recibe continuamente solicitudes de nuevas altas, pero los problemas de espacio y de gestión hacen que vayan a someter la decisión de aceptarlas o no a la votación de la asamblea. Tienen lista de espera, llevan meses sin hacer nuevos socios y lo consultarán con quienes acudan a la reunión anual, posiblemente el próximo 7 de enero.

"A ver qué dicen los socios", expone el presidente, José Ramón Avín, encantado de crecer pero consciente de que ya fletan tres autobuses en cada excursión -la pasada primavera llenaron catorce- y en actividades como el Festival de la matanza no caben todos en el Hogar del Pensionista. A esta situación se añade otro problema: la "necesidad flagrante" de que les echen una mano. "Nos exigen cada día más, tenemos las obligaciones de una empresa y somos gente mayor, poco habituada al ordenador", expone Avín, quien lleva tiempo luchando por recuperar el apoyo de la animadora sociocultural que perdieron con la crisis. "Cuando éramos menos la teníamos y asociaciones que tienen diez veces menos socios que esta la tienen", apunta, para subrayar la falta que les hace.

Reconocen sus limitaciones con las nuevas tecnologías pero no se resignan a ir con los nuevos tiempos, por lo que este año han estrenado un taller de manejo de móviles al que asiste un buen número de socios. También novedoso es el de bailes de salón, que se suma a una lista tan larga como variopinta (yoga, manualidades, talla de madera, rutas a pie para conocer el concejo y un largo etcétera). Es tanto el trabajo que lleva la junta directiva -están a diario desde las once hasta pasadas las dos de la tarde y hay días que también por la tarde- que el presidente ha tenido que hacer malabarismos para irse de vacaciones particulares en febrero.

Con la asociación viaja muy a menudo, ya que uno de los valores más reconocidos al colectivo es la programación de salidas que tienen y los buenos precios que consiguen. "Son muy baratos gracias al trabajo de mirar precios y compararlos. Vamos a un sitio y a otro", explica, antes de matizar que quienes viajan pagan "lo que cuesta el viaje. Los socios no ponen ni un duro y la asociación tampoco".

Avín está acompañado del resto de la junta directiva, un equipo con el trabajo bien repartido. Dinita Calleja lleva un año y el presidente explica que "no se le pone nada por delante". Participa de forma activa en la asociación desde hace cuatro y asegura que le ha aportado "mucho. Si algo salí y algo conozco fue gracias a la asociación", afirma la riosellana. Luis Hevia es vicepresidente y se encarga de la parte informática, mientras que Benito Capín, uno de los vocales, monta y desmonta sillas, carpas y cuanto haga falta. "Vengo por divertirme y reírme un poco, que si no está uno con la cara siempre estirada", describe sobre sus motivos personales.

Pese a que son muchos y aseguran que cuentan con todas las personas "activas" de Ribadesella, también reconocen que muchos mayores continúan sin salir de sus casas. "Algunos dicen que les da corte ir con los viejos, como si fuera una bajeza", apunta Avín, al tiempo que lamenta los prejuicios que todavía existen y el contraste entre quienes están deseando jubilarse para hacerse "más grande".