Cientos de personas llegadas desde varios puntos de la comarca despidieron ayer en la localidad cabraliega de Tielve a Eduardo Díaz Herrero, fallecido a la edad de 45 años el pasado lunes al despeñarse por un desnivel de más de treinta metros de altura en la zona de La Escampada, situada entre Tielve y Poncebos, cuando se encontraba cuidando el rebaño de cabras que poseía.

El impacto por la muerte del pastor, muy conocido y apreciado en el concejo, hizo que durante el funeral se sucediesen las escenas de dolor entre familiares y amigos. Los restos mortales de Díaz Herrero fueron introducidos en la iglesia de San Cristóbal de Tielve por sus primos y compañeros de profesión en medio de un sepulcral silencio.

Juan José Mier, también pastor de Tielve y amigo personal del finado, fue uno de los encargados de portar el féretro. Junto a su sobrino, Pablo Mier, fueron las últimas personas que vieron con vida a Eduardo Díaz Herrero, con quien compartieron un café en la cabaña que tienen en el monte minutos antes del fatal suceso. "No tengo palabras para explicar lo ocurrido", señaló Mier, visiblemente emocionado.

El carácter abierto, alegre y bromista de Eduardo Díaz Herrero fue destacado por todos cuantos acudieron a Tielve para darle su último adiós. También se destacó su profesionalidad y su pasión por las cabras y vacas que con mimo cuidaba. Hasta hace nueve meses Díaz Herrero y su hermano regentaban la quesería El Colladín, situada a escasos metros de la casa donde el pastor vivía junto a su madre. La quesería, propiedad de su familia, está a día de hoy alquilada. El pastor finado vendía a la misma la leche que producía con el rebaño de 125 cabras y la veintena de vacas que tenía. "Hace treinta años que le conocía. Era un gran chaval y un gran pastor. Es una enorme pérdida para el pueblo", aseguró Alfonso Quintana.

El ganadero de la localidad peñamellerana de Oceño José Gómez se deshacía en elogios al recordar a su amigo y compañero de profesión. "Nos conocíamos de toda la vida. Era un pastor de primera categoría", dijo. Gómez, que tomó parte en el operativo de búsqueda para localizar al pastor la noche del pasado lunes, vio por última vez a Díaz Herrero durante el transcurso de una feria de ganado celebrada en Arenas el pasado mes de noviembre. "Su muerte es una gran pérdida", dijo.

El sacerdote de Cabrales, Pedro Fernández, aseguró durante la homilía que Eduardo Díaz Herrero "murió de manera muy digna cumpliendo honestamente con su deber de pastor responsable de cuidar a su ganado, lo cual no mitiga la tristeza de su muerte, pero sí hace méritos ante los ojos de Dios", recalcó. Fernández apeló a la fe cristiana para dar respuesta a las preguntas por su temprana desaparición.