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Coya pide una solución definitiva a la turbidez del agua cada vez que llueve

El gobierno piloñés estudia poner filtros, opción cara por el mantenimiento, o actuar en el depósito, posibilidad sin garantía total de éxito

Los vecinos de Coya piden una "solución urgente" para evitar que el agua salga turbia de sus grifos cada vez que llueve con contundencia. Tareas simples como tomar una ducha o poner una lavadora se hacen imposibles durante varios días después de que se registra una tormenta, según denuncia el presidente de la junta vecinal de Coya, Arturo Valiente, que ya ha presentado varios escritos en el Ayuntamiento de Piloña para dejar constancia de la situación. "La gente está cansada porque venimos arrastrando el problema desde hace años ya", cuenta.

Durante el pasado mandato de Carmen Barrera (PSOE) al frente del Consistorio piloñés ya se efectuaron algunas obras para atajar el problema. Entonces se renovaron parte de las tuberías del pueblo, que estaban obsoletas y sufrían continuos reventones. La obra se llevó a cabo a través de una colaboración con la empresa privada Aqualia, que gestiona el servicio, aunque su contrato concluye este año y el Consistorio piloñés está redactando unos nuevos pliegos de contratación.

La renovación de tuberías no fue suficiente para atajar el problema de la turbidez del agua y todo apunta a que el problema se localiza ahora en el punto de captación de agua del manantial, en La Llosona, que da servicio a todo el pueblo (con excepción de una minoría de casas que se surten de una traída del manantial de Valdeladuerna).

El Consistorio piloñés asegura que está trabajando con Aqualia para decidir cuál de las dos opciones que se barajan es la más viable, a saber: colocar filtros en el depósito de agua o actuar directamente sobre el depósito. La primera opción pasa por una Estación de Tratamiento de Agua Potable (Etap) con la que se conseguiría corregir el Ph del agua y que no saliera turbia gracias a filtros autolimpiantes. Esta actuación supondría un desembolso por encima de los 80.000 euros y tiene en contra el coste de mantenimiento anual que requiere, que podría ser elevado. La segunda opción, la de intervenir directamente sobre el depósito, podría ser definitiva y ahorrar los costes de mantenimiento, pero los técnicos no garantizan que pueda resultar efectiva, dependiendo de las condiciones en que se encuentren el terreno. El alcalde, Iván Allende, fijó ayer como fecha tope para resolver el asunto este año. "Es un problema complejo que viene de largo. En 2017 tomaremos la decisión y buscaremos financiación, siempre teniendo en cuenta que se están redactando unos nuevos pliegos y que existen otros problemas por resolver en la red de aguas del concejo", concluyó.

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