Una vivienda en pleno centro de la capital de Colunga, durante el día y en una de las zonas de más tránsito de la villa, fue el jueves la última víctima de los asaltos que se están produciendo por toda la comarca. El chalé está situado en la urbanización que hay junto al Alimerka, una zona residencial por la que pasa gente durante todo el día y que además tiene cerca una obra en la que había personal trabajando. La casa pertenece a unos conocidos empresarios locales, que regentan unos almacenes de productos agrícolas y ferretería.

Los propietarios no salían ayer de su asombro, pues el robo se perpetró a plena luz del día, cuando se encontraban trabajando. Los cacos forzaron la puerta de atrás y revolvieron todas las estancias de la vivienda, una imagen que mantiene a las víctimas aún en estado de "shock". Saben que los ladrones llegaron a robar y ya han puesto una denuncia en la Guardia Civil, aunque aún no han podido evaluar los daños sufridos.

También una cafetería

Con todo, el susto ya está en el cuerpo y se conecta con el que llevaron los propietarios de una céntrica cafetería de la capital colunguesa, que asaltaron a principios de diciembre. A mediados de mes otros vecinos alertaron sobre la presencia de desconocidos que preguntan por casas que estén vacías en localidades como Luces.

La lista de robos en viviendas en la comarca del Oriente es ya demasiado larga: en la localidad llanisca de Pancar sufrieron varios robos en el último trimestre del año y en uno de ellos los ladrones dejaron encerrados a los dueños de la casa en el interior. En Naves hubo un robo y un intento de robo, ambos en segundas residencias, y también en Berbes (Ribadesella) los cacos entraron antes de la Navidad.

A falta de conocer lo sucedido el jueves en Colunga, la Guardia Civil atribuye el resto de hurtos a una banda organizada que estaría actuando en la costa asturiana -con especial incidencia en la oriental- y también en la zona occidental de Cantabria. Se trata, eso sí, de un grupo diferente al que estaría actuando en localidades como la de Posada de Llanes, donde las víctimas son los comercios.