La "guerra" desatada en el seno de la Policía Local de Llanes es cada día más descarnada. El inspector jefe, Miguel Gómez, y varios agentes han elevado en las últimas horas al alcalde de Llanes, Enrique Riestra, informes a los que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, en los que cruzan graves acusaciones. Los agentes acusan a su jefe del "grave descontrol" que vive la Policía Local, mientras que el inspector señala a algunos de sus subordinados como autores de una "campaña de acoso laboral" contra él, a la vez que los acusa de desobedecer sus órdenes.

La situación que vive la Policía Local ha provocado la intervención de al Unión de Sindicatos Independientes del Principado de Asturias (USIPA), al que pertenecen algunos de los agentes que han emitido informes en los que cuestionan a su jefe.

La sección sindical de USIPA trasladó el jueves 26 al alcalde llanisco una relación de "irregularidades" presuntamente cometidas por Miguel Gómez. El escrito de los sindicalistas comienza señalando que desde la reincorporación del inspector al servicio (había sido suspendido, pero el instructor del expediente no halló irregularidades en las actuaciones denunciadas y volvió a tomar el mando de la Policía Local) se vienen observando "anomalías que afectan gravemente al servicio que se presta al ciudadano". Anomalías que ya fueron denunciadas anteriormente por, al menos, cinco agentes.

Entre las irregularidades recogidas en el escrito sindical figuran: "dejar inutilizado el servicio entrante de llamadas telefónicas de la Policía"; nombrar servicios a agentes a los que, según el cuadrante de horarios, no les corresponde; "no responder en el teléfono que tienen asignado por el Ayuntamiento" a agentes de turno que necesitaban "dar una novedad relevante del servicio"; o "dejar desatendida y sin custodia las dependencias policiales en horario de mañana, encontrándose él mismo en su despacho".

Según USIPA el inspector es presuntamente responsable de "entorpecimiento laboral", por "no programar adecuadamente los servicios", y por "no facilitar instrucciones, horarios, recorrido de eventos, señalización, desvíos alternativos, personal que colabora, etcétera". Más: el sindicato habla de "desprotección laboral", porque el inspector jefe de la Policía llanisca ordena "servicios arbitrarios", que tienden a "poner en riesgo la integridad y seguridad" de los agentes, mediante la asignación de "servicios unipersonales" (actuaciones protagonizadas por un único policía).

USIPA cuestiona que el jefe policial siga asignando servicios unipersonales pues, "ante la actual oleada de robos registrada en Posada", el sindicato no cree que "nadie se atreva a mencionar que en Llanes no hay peligros porque nunca pasa nada". Y añade que también está "constatado en la estadística de servicios de este colectivo que la respuesta de apoyo inmediato de la Guardia Civil es nula o casi nula, por estar en mayor o igual precariedad de efectivos que el nuestro".

El sindicato pide al alcalde llanisco que adopte "medidas urgentes" para "evitar que estas irregularidades se sigan produciendo" y que atienda "las demandas de un colectivo que trabaja para dar un servicio de calidad al contribuyente".

El inspector jefe de la Policía de Llanes, por su parte, ha remitido también escritos al alcalde. En uno de ellos afirma que varios de sus subordinados "incumplieron la legítima orden dada por su superior jerárquico con respecto al desvío telefónico de las llamadas". A la vez, señala a algunos agentes como "autores de una campaña de acoso laboral". El alcalde de Llanes ya ha solicitado, tanto al jefe policial como a los agentes informes individuales sobre las acusaciones cruzadas.