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Diálogos orientales | MARGARITA ALONSO SAIZ | Artista afincada en Llanes, imparte un taller de pintura en Nueva

"El arte es la única manera de poder avanzar y salir de las crisis"

"Estoy centrada en el agua desde 1994" "Tengo como reto el mar y la costa de Llanes es un impacto constante a la vista; me pondré a prueba"

Margarita Alonso Saiz, en el parque de Llanes. P. M.

Margarita Alonso Saiz (Torrelavega, Cantabria, 1959) es licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, donde ha residido hasta su reciente traslado a Llanes. Finalista en varias ediciones del Concurso Nacional de Pintura "Blanco y Negro", en 1996 ganó el primer premio en el Certamen Nacional de Pintura "Premio Zarcillo" de Castilla y León. Ha participado en varias ediciones de "Pintores contra el cáncer infantil", organizadas por la Asociación Galbán, e imparte un taller de dibujo y pintura en la Casa de Cultura del Valle de San Jorge, en Nueva de Llanes.

-Lleva más de 30 años dedicada a las artes plásticas, ¿qué etapas y con qué características diferencia ahora en su obra?

-He estado tratando diferentes temas, sobre todo paisaje, retrato y bodegón. Pero a partir del año 1994, dentro del paisaje, me sitúo en el estudio del agua. Y desde esa primera exposición han surgido seis en torno al mismo tema. Este trabajo está basado, sobre todo, en la poesía iberoamericana como fuente de inspiración. Borges y, dentro de los poetas españoles, Dámaso Alonso, de la Generación del 27. Es una interpretación del transcurrir del tiempo y la vida, que veo de forma paralela al agua. Dentro de la estética de las artes plásticas me veo cada vez más en el terreno abstracto y este tema del agua es muy atractivo, porque sin dejar de tener un asidero en la naturaleza y ser algo reconocible, añade muchas otras sensaciones. Sigo inmersa en esto, estudiando. Es algo interminable.

-¿Cómo estudia un artista plástico?

-Al margen de los estudios universitarios que uno pueda tener, las inquietudes te llevan a buscar fuentes de información constantes. Es una formación que no termina nunca, como en la mayoría de profesiones. Es muy dinámica y está basada en la experimentación constante de los temas, los materiales, los soportes y el entorno que te influye, incluso de las situaciones políticas o sociales. Todo son fuentes de información y de inspiración. Además creo mucho en el oficio de pintor, sin él es muy difícil plasmar las ideas y los sentimientos. No requiere necesariamente meterte en el estudio, simplemente un cuaderno y un lápiz, sentada en un parque o contemplando el mar desde el paseo de San Pedro es una forma de trabajar, privilegiada. Son aspectos muy interesantes que te permiten salir del estudio y del aislamiento.

-¿De qué soportes y técnicas se sirve para expresarse y crear su obra?

-La técnica básicamente es el óleo, pero desde hace unos años experimento con las anilinas, unas tintas que se utilizan también en los pigmentos puros. Y soporte cualquiera. Durante unos años ha sido más la tabla pero la tela, el cartón, el papel, etcétera.

-Imparte un taller de dibujo y pintura en Nueva de Llanes. ¿Qué responde a quien argumenta que no sabe o que no ha nacido para ello?

-Que yo tampoco sabía pintar. Hay una parte de la persona que la lleva querer aprender, pero faltan herramientas y mi labor como docente es proporcionarlas. A veces la gente se sorprende de lo que es capaz de hacer. El punto de partida siempre es la observación: aprender a mirar. En el momento en que aprende la persona es capaz de que su mano obedezca a su pensamiento. Se trata de llevarlo al disfrute, no de competir con nada ni con nadie. Es una manera de expresar el yo más íntimo. Estoy convencida, además, de que cualquier edad es buena para iniciarse.

-¿Qué encuentran los alumnos en sus clases?

-Sobre todo herramientas para realizar una obra completa, en cualquier soporte y con cualquier técnica. Pueden acudir desde quienes se inician en ello hasta los que ya tengan una cierta experiencia. El taller de la Casa de Cultura del Valle de San Jorge, en Nueva de Llanes, está planteado para durar dos meses pero se puede prorrogar. Y también existe la posibilidad y el proyecto de programar talleres para niños.

-Cuando finalizó su formación de Bellas Artes, a comienzos de la década de los ochenta, el momento social y político era bien distinto al actual, ¿cómo vivió aquella época?

-Había terminado la dictadura y era un momento de apertura total. Encontré en Madrid una ciudad magnífica, con todas las posibilidades de conocimiento, exposiciones, gente. Éramos un grupo muy reducido, 32 alumnos, que entramos en el primer año de facultad, porque hasta entonces estaba la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Entre los profesores no había mucho método, las clases estaban más basadas en su propia experiencia y nos ayudábamos mucho todos. La dificultad viene cuando uno termina, "¿qué voy a pintar mañana, cuando nadie me diga tienes que hacer tal ejercicio?". Es un periodo en que te tienes que reconstruir y no tirar la toalla, es un poco duro. La fórmula que utilicé yo fue la de presentarme a las convocatorias de premios de pintura. En aquel momento las entidades públicas y privadas estaban ansiosas de invertir en arte. En 1983 fue la primera feria internacional Arco y teníamos aquella sensación de que no nos daba tiempo a asimilar todo lo que nos gustaría, no dábamos abasto.

-¿Qué sucede ahora?

-Dentro de la profesión hay una serie de componentes: el artista, la posibilidad de mostrar la obra y el público que la acoge. El primero continúa en su estudio, intentando trabajar de la mejor manera posible, influenciado por la situación que lo rodea. En cuanto a las galerías de arte, atraviesan muchas dificultades, están muy desamparadas tanto por parte del público como por las instituciones. El mercado se ha quedado reducido debido, en gran parte, a las condiciones socio políticas y el público está más condicionado por las dificultades del día a día. Casi no se permite los momentos de disfrute, de ir a una galería de arte. No hay por qué ir a comprar obra, con el hecho de disfrutarlo ya ganaríamos, conseguiríamos sentirnos de otra forma frente al mundo. Ahora mismo hay otras prioridades, pero estamos todos un poco equivocados. El arte es una fuente de enriquecimiento personal.

-¿Podrían las dificultades incluso potenciar la creación?

-Ha habido situaciones muy graves en las que el arte ha sido protagonista y ha servido para que la gente retomase la necesidad de aprender, de formarse. Es la única manera de poder avanzar, de salir de las crisis y de situaciones difíciles. No todo ha de estar basado en la economía.

-Si continúa con el tema del agua, ¿pintará la costa llanisca ahora que la tiene tan cerca?

-Sí, tengo como reto el mar. La costa de Llanes es un impacto constante a la vista y me voy a poner a prueba.

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