La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alba Martínez: "El ejercicio es salud y, por encima de todo, calidad de vida"

La enfermera aconseja disfrutar de la actividad física e integrarla en el día a día: "Si no, a la larga, no se puede mantener"

Alba Martínez, en la consulta de Colunga. PATRICIA MARTÍNEZ

La ciencia ha demostrado que previene y ayuda en el tratamiento de las enfermedades que causan el mayor índice de muertes en el mundo, y además es gratis. El ejercicio físico es ya una prescripción médica e incluso una moda, pero el desconocimiento y las malas prácticas impiden crear un hábito saludable, pudiendo incluso llevar a una nueva lesión. Así lo observa en su consulta del centro de salud de Colunga Alba Martínez Álvarez, especialista en enfermería familiar y comunitaria.

"El ejercicio es salud y por encima de todo es calidad de vida. Más no siempre es mejor, todo es una cuestión de equilibrio", antepone la profesional, quien asesora a todo tipo de pacientes sobre cómo incluir el ejercicio físico en su vida diaria. "Es importante disfrutarlo y poder acoplarlo a tu vida, porque si no a largo plazo va a ser imposible de mantener", advierte Martínez, que propone ideas a sus pacientes, tengan la profesión y el tiempo libre que tengan. "Si, por ejemplo, es un ganadero con varias fincas, le propongo que en lugar de hacer el trayecto en coche vaya caminando. A lo mejor son veinte minutos y ya cuenta", explica la enfermera, que también aconseja "dar un rodeo" o fragmentar las cargas de pienso para trabajar los ejercicios de fuerza, igual de necesarios que los aeróbicos y los que potencian la flexibilidad.

La consolas de hijos e nietos, con programas de ejercicio físico, son otro recurso que quizá pase desapercibido. Media hora de baile, por ejemplo, "es uno de los ejercicios más completos que hay y en los que se queman más calorías", apunta Álvarez, antes de defender que los perros son "grandes activos para la salud", y la huerta, "adaptada para la persona", también. A menudo sus pacientes se sorprenden cuando les cuenta que planchar es un ejercicio leve y que pasar la aspiradora ya lo es moderado, porque se queman 128 kilocalorías por cada treinta minutos. Algo más consume el organismo cuando caminamos a seis kilómetros por hora, una intensidad moderada (150 kilocalorías), aunque el baile (240) y la natación (300) lo superan. "Cortar leña es un ejercicio de fortalecimiento", explica la profesional antes de enumerar otros como cebar al ganado, desbrozar o recoger manzanas.

Martínez incide mucho en el trabajo muscular, en el fortalecimiento, porque "es el sostén del cuerpo" y lo que a la larga proporciona o bloquea la independencia de la persona. "De nada me sirve que alguien tenga una tensión estupenda si está encamado", subraya la enfermera, quien también ofrece originales ideas para hacer estos ejercicios en casa. "Metiendo harina en un globo se puede hacer una pelota para la artrosis y si tenemos en cuenta que un brick de leche equivale a un kilo, atando pesos similares a piernas y brazos se pueden trabajar los grupos musculares", explica la sanitaria, quien sitúa al practicante viendo la novela, por ejemplo, mientras los hace.

Existen otros muchos momentos en que la vida cotidiana puede convertirse en una práctica consciente. "Las escaleras están muy poco aprovechadas. Subirlas y bajarlas supone un ejercicio de fortalecimiento estupendo, que yo recomiendo para alguien que acaba de abandonar el hospital y no se encuentra todavía para salir de casa", relata al tiempo que destaca los beneficios para un hombro que duele de limpiar ventanas con movimientos amplios. Mientras alguien ve la novela puede estar haciendo este tipo de ejercicios, siempre adaptados a la condición de la que parta cada persona. "Tu cuerpo te lo indica muy bien", señala antes de poner como ejemplo que la caminata al 75 por ciento de intensidad es la recomendada: comienza a notarse un poco de calor y puede mantenerse una conversación, pero con cierta dificultad.

Es importante que el ejercicio físico se inicie de forma progresiva para evitar el riesgo de accidentes cardiovasculares y lesiones, que combine la práctica de fuerza con la aeróbica y de flexibilidad. Los primeros han de practicarse dos veces por semana, mientras que los segundos (caminar, bicicleta, nadar, etcétera) tienen su ideal en las cinco horas a la semana, en total, con unos cinco o diez minutos para el calentamiento y la flexibilidad. "Los diez últimos minutos han de ser de intensidad mínima, no parar de golpe", insiste la especialista, para quien "lo primero" es que la persona "se enganche. Luego ya iremos viendo".

Contraindicado en situaciones específicas como las infecciones agudas, las patologías cardiacas (que necesitan prescripción médica o enfermera), las arritmias, hipertensiones y diabetes inestables, los aneurismas y las insuficiencias renales o cardiacas, que también deben consultar, el resto de la población puede decidir en este preciso momento que incorpora el ejercicio físico a su vida. Si hay dudas o una patología de base que preocupe, si se necesita un asesoramiento, ya sea puntual o un seguimiento, puede acudir a la enfermera de su centro de salud, pues ésta es una de las muchas funciones que ofrecen pero que el gran público desconoce.

Compartir el artículo

stats