La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La juventud riosellana da ejemplo como voluntaria en la asamblea de Cruz Roja

Tres jóvenes compaginan estudios y trabajo con tareas de voluntariado

María Hernández y Marina Gutiérrez, en la sala donde dan las clases de refuerzo escolar. P. M.

Son un claro ejemplo de que la juventud tiene mucho que aportar y ellas lo hacen en la asamblea de Cruz Roja en Ribadesella, donde son voluntarias. Nadie como Marina Gutiérrez, de 16 años, y María Hernández, de 26, para explicar por qué entregan parte de su tiempo libre a una tarea no remunerada con dinero, pero sí con emociones que cuesta describir con palabras. Tienen otra compañera, Lucía Gancedo, de 17 años.

Ambas aseguran haber conocido "personas impresionantes" en la entidad riosellana, en la que se prestan a lo que sea menester. Hernández, que trabaja en una casa rural del concejo, empezó hace algo más de años con la campaña navideña de juguetes, que conoció a través de una vecina. "Siempre había querido hacerlo, pero me daba vergüenza", explica la joven, que ahora está implicada en el apoyo escolar que dan por las tardes a cinco niños, además de en el acompañamiento a un señor mayor al que visita una vez cada 15 días. "Tomamos un café, charlamos, vemos una película", señala la joven, quien también ha salido a la calle con el programa "Ola de frío".

"Por suerte aquella noche no encontramos a nadie durmiendo en la calle, pero la posibilidad que tienes de ayudar es muy especial", describe la riosellana, quien reconoce que no todo el mundo está dispuesto a dedicar su tiempo a otras personas a cambio únicamente de la satisfacción que produce. "Hace que te sientas bien y además estás ayudando", comenta con su compañera, la benjamina de la asamblea. Estudiante de primero de bachiller, la riosellana se enroló en el barco solidario de Cruz Roja a través de un familiar, a quien vio ejercer de voluntario desde que era pequeña. "Cuando me vi física y mentalmente preparada vine a apuntarme", relata la joven, que empezó esta andadura el pasado verano, cuando acabó las clases. No dispone de mucho tiempo por las exigencias de sus estudios. Con todo, los fines de semana procura estar disponible y entre semana se ha acercado más de una tarde. "Algún día estuve con niños y también ayudando en la 'Ola de frío' y también en las meriendas con los mayores", enumera la joven. "Me parece que los jóvenes no estamos acostumbrados a dar nuestro tiempo libre para mejorar algo, en realidad sólo nos quejamos", expone Gutiérrez antes de concretar su motivación. "Aparte de ayudar al pueblo, pensé que podía intentar cambiar las cosas poco a poco, que aquí me podían dar los medios que necesitara". La joven asegura que hace "muchísima propaganda" en el instituto y lamenta que en general se ignore gran parte de la labor que se desarrolla en Cruz Roja.

Compartir el artículo

stats