Como si fuesen expertos granjeros, los 14 alumnos de Infantil y Primaria del aula de Cue perteneciente al colegio rural agrupado (CRA) número dos de Llanes, cuidan con esmero a la docena de polluelos de la raza pita pinta asturiana que han nacido en la escuela gracias a sus cuidados. El proyecto en el que el centro educativo llanisco ha tomado parte en colaboración con la Asociación de Criadores de Pita Pinta Asturiana ha sido, según los docentes Alberto González y Álvaro Benavides, un completo éxito.

La Asociación de Criadores de Pita Pinta cedió al colegio de Cue una incubadora y unos huevos fecundados para que los niños siguiesen el proceso de gestación y nacimiento de los polluelos. Todo arrancó hace veinte días. Ayer se esmeraban en cuidar a las pitas nacidas el pasado sábado, convertidas en las verdaderas "estrellas" de la escuela.

"El proyecto está siendo muy enriquecedor para los niños", señaló Alberto González. El trabajo desarrollado por los escolares es la mejor manera de trabajar las asignaturas de Ciencias de la Naturaleza y Conocimiento del Entorno. "Ha sido todo muy directo. Es muy diferente explicarles esto a través de los libros o de un documental que verlo con sus propios ojos", apuntó Álvaro Benavides.

En estos veinte días los niños se han ocupado de que la incubadora estuviese siempre a 38 grados, de que los huevos tuviesen agua con los que hidratarse o de darles vuelta cada 12 horas. Los padres, y también los profesores, han estado muy pendientes de la incubadora los días que no había clase. Incluso instalaron una cámara web para no perder detalle desde sus casas. El nacimiento de las pitas, el pasado sábado, mantuvo en alerta a los docentes de Religión e Inglés y a varios padres. Muchos de los niños se acercaron hasta la escuela para ver como los polluelos rompían el cascarón.

La pequeña Emma Rodríguez, de 5 años, estaba entusiasmada. "He estado muy pendiente de dar la vuelta a los huevos", indicó. Daniel Manzano, de 10 años, aseguró que seguir tan de cerca el proceso de nacimiento de los polluelos le ha servido "para aprender muchas cosas que no sabía".

Los polluelos crecerán a partir de ahora en las casas de los niños. Emma Rodríguez se llevará dos. "Tendré que tener cuidado al principio con mi perro "Gru", pues es muy juguetón", señaló.

La comunidad escolar destacó la importancia de iniciativas de este tipo para trabajar en equipo y aprender de manera práctica.