El rechazo viene del "desconocimiento y el miedo", también cuando se trata de aceptar la diversidad "como algo intrínseco en la sociedad. Nadie está hecho por un mismo patrón". Así lo expresa la trabajadora social riosellana Noelia Ordieres Buarfa, que esta tarde presentará su cuento "Sali y el mundo de colores" en el contexto de las jornadas sobre orientación e identidad de género que se celebran hoy en la Casa de Cultura de Ribadesella.

Hablarán de diversidad sexual, un asunto cada vez más visible y que tanto la autora como Xega (el colectivo asturiano de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) creen que hay que empezar a trabajar por la franja de 0 a 6 años. "Se trabaja en los institutos, pero es un poco difícil cambiar en chavales de 14 años valores tan arraigados en la sociedad", explica Ordieres. La riosellana ofreció su relato a Xega "porque hay un vacío importante en el tema de educación en la diversidad" en esas edades. Con ilustraciones de Ana Sáez, el cuento narra la historia de Sali y su amiga Cereza, que viven en un mundo de colores y conocen a un niño gris, que parece temeroso de un arco iris desconocido para él. Ordieres se basó en lo que su propia hija, Salima, de cinco años, le contaba para componer esta y otras historias con las que trabaja la educación en valores. Apuesta por ella, así como por "trabajar las emociones y la capacidad empática que tienen, es infinitamente superior. Vienen inmaculados, las influencias son nuestras, llegan queriendo y aceptándolo todo".