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Personajes de Cangas de Onís

"Fredy el de Fifi", entre madreñes

Alfredo García Fernández, hostelero de 42 años, tiene en el calzado autóctono el verdadero icono del establecimiento que regenta

Fredy García, en su establecimiento. J. M. CARBAJAL

Pasa muchas horas cada jornada rodeado de madreñas, de todos los modelos, tallas y colores, antiguas y modernas, pero nunca le dio por ponerse manos a la obra y manufacturar alguna. Y es que el calzado autóctono por excelencia -como la sidra en otro ámbito- es el verdadero icono del establecimiento que regenta, desde hace poco más de año y medio, en el barrio de El Zanjón, también conocido como antigua Calzada de Ponga, en Cangas.

Alfredo García Fernández, más conocido como "Fredy el de Fifi la Peluquera", 42 años de edad, oriundo de la calle San Pelayo, en pleno corazón de la ciudad canguesa, ha hecho de la hostelería su profesión, tras dedicarse durante bastante tiempo a desempeñar diversos trabajos en el gremio de la construcción. Fue al "Vázquez de Mella", como otros muchos chavales de su generación, y también al Instituto "Rey Pelayo", hasta tercero de BUP, curso en el que colgó los libros.

A los 17 años se apuntó voluntario para el servicio militar, al primer reemplazo de Cruz Roja Española, en Cangas de Onís y alrededores, incluyendo un puesto de retén en Covadonga para atender a los visitantes que requerían de sus servicios. Eso sí, con anterioridad, hubo de realizar la correspondiente instrucción en el Cuartel Cabo Noval, en Noreña, antes de ser destinado a la urbe canguesa, pues, las oficinas de la Asamblea Local de Cruz Roja estaban en el edificio Correos.

Después de la "mili" se introdujo en el mundo de la hostelería, iniciándose como camarero en el "Maco's", establecimiento regentado antaño por el emprendedor Nico Cuadriello, situado en el pueblo de Vega los Caseros (Parres). Más adelante, a finales de la década de los 90 del siglo pasado, junto a su hermano José Luis, "Fifu", fundaron el "McFifus", hasta lograr convertirlo en uno de los lugares de moda -sobre todo para los jóvenes- en la ciudad canguesa, a escasos metros de distancia de la calle San Pelayo.

La inquietud de Fredy propició que probase en otro oficio, por lo que se decantó por el boyante gremio de la construcción. Su primer tajo fue el Sevares (Piloña), en labores de ayudante de encofrador, ya que le contrató el cangués Tuti Cayarga. Con el paso del tiempo buscó su propio camino hasta que, ya cómo autónomo, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria le acabó afectando.

Entre tanto, seguía vinculado a la construcción, comenzó a probar fortuna otra vez en la hostelería. Corría el año 2009 cuando puso en marcha la sidrería San Antonio, en el barrio de Cangues d'Arriba, hasta que decidió traspasarla años después. Y en vísperas de las fiestas de San Antonio, en 2015, tras una profunda rehabilitación integral del inmueble que ocupa -de la decoración se encargó su hermana mayor, Josefina-, se embarcó en otro reto personal: "La Madreñería".

Fredy siempre ha sido un enamorado del deporte. Jugó al fútbol en las categorías inferiores del Cánicas AC, así como en el equipo de regional. Pasó por el CD Cabrales y por el Ribadesella CF, éste en Tercera División. En el conjunto riosellano permaneció una sola temporada, en la que estuvo de portero suplente de Juan Sordo etapa en la que coincidió con Juan Ramón Busto, Manolín Bulnes, Nachón, Longo, entre otros.

Antes del balompié hizo sus pinitos en El Frontón, con la pelota vasca, en tiempos del monitor riojano Heliodoro Moreno. Su compañero en mano por parejas, en infantiles, era Robertín Nava. Llegaron a disputar algún evento en Salamanca. Ahora bien, la verdadera afición de Fredy García era y es la gimnasia con máquinas. No hace mucho, en 2015, tomó parte en el Campeonato de Asturias de Fisicoculturismo y Fitness, en L'Entregu. Quedó tercero en la clasificación final. "Éramos tres en la categoría grande", suelta con gracia.

Amigo de sus amigos, a Fredy el de Fifi le encanta disfrazarse, algo que le viene de sangre, en Carnaval. Es fiel a la cita antroxera, menos este año que estuvo de vacaciones en Tenerife Sur y no pudo ser participe en la gran cita carnguesa. "En el desván de casa de mi madre tenemos más de un centenar de disfraces", asegura. Es uno de los miembros habituales de la Orquesta "¡Vaya Panorama!", sin lugar a dudas, uno de los grandes hitos del Antroxu -actuaron en cuatro ediciones- en la plaza Camila Beceña.

Devoto de San Antoniu, no se pierde nada de cuanto rodea a las fiestas patronales de Cangas. Le pesa no poder llevar en andas el monumental ramu de pan -noventa roscos y monxines- que ofrece el vecindario de la calle San Pelayo cada 13 de junio al santo patrón. ¿El motivo? Es el más alto de los voluntarios, por lo que "no encaja" entre los compañeros -por estatura- para bailar el susodicho ramu ofrendado, desde la iglesia parroquial y a través de las principales calles de la urbe, rumbo a la vieja ermita.

Además, también estuvo cuatro años como directivo de la Sociedad de Festejos de Cangas, cuando era presidida por Alejandro Otero Núñez. Fundador de la Peña "Los Botijos", junto a Pedro Fuente "El Mole", entre otros amigos, igualmente colabora en la organización de pruebas deportivas, tales como la 27 Kangas Mountain o la Subida a los Lagos. "A mí lo de correr, nada de nada", puntualiza sin inmutarse, rodeado de madreñes por todos los lados.

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