Descontento latente de los vecinos de la localidad colunguesa de La Isla como consecuencia de la concentración parcelaria que el Gobierno del Principado ha iniciado en este lugar y que afecta a terrenos situados en esta localidad y en la de Güerres. El malestar de los lugareños quedó latente ayer durante una reunión mantenida con un técnico del Ayuntamiento de Colunga. Acudieron al encuentro unas sesenta personas. Los afectados han sido emplazados a otra reunión que se celebrará el próximo jueves en Colunga y a la que acudirán representantes del Principado.

Los vecinos de La Isla aseguran que su deseo es "poner límites" a la concentración parcelaria promovida desde Güerres. Piden los afectados ser escuchados y que se haga "el menor daño posible a terrenos que no tienen utilidad ganadera". Defienden varios lugareños que La Isla es un lugar de ocio y disfrute que debería haber quedado fuera de la concentración pues no beneficia a ningún vecino, "salgo a un ganadero de Güerres". Dicen también los afectados que algunos de los terrenos no tienen utilidad agrícola alguna y que son utilizados como zona de expansión y recreo por sus propietarios.

De salir adelante la concentración los vecinos se enfrentan a la posibilidad de quedarse sin fincas a las que tienen apego, al ser de herencias; a perder el trabajo llevado a cabo durante años con árboles frutales plantados en estos lugares o a perder la rentabilidad sobre los terrenos.

Sostienen también varios propietarios de La Isla que los terrenos afectados por la concentración más próximos a esa población, podrían convertirse en urbanizables con el paso del tiempo, y los más próximos a la costa se enfrentan a servidumbres, así como a suelos que año a año va recuperando la mar.

El desazón de los afectados se debe también al "poco tiempo" que les dieron (tan solo 24 horas, para corregir los fallos en los planos.