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Llanes ilustra su pasado

El historiador local Ramón Sordo Sotres recupera las novelas más antiguas sobre el concejo, que hablan sobre las tradiciones y las costumbres del siglo XIX

Llanes ilustra su pasado

La cultura llanisca está de enhorabuena. La concienzuda labor del historiador y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Ramón Sordo Sotres en pro de conocer todos los recovecos del pasado de su municipio sigue dando sus frutos. Ahora ha sacado a la luz la obra "Flor del Valle", escrita en 1856 por Antonio Quintana Menéndez. Se trata de la novela de carácter romántico costumbrista más antigua conservada sobre Llanes. En su biblioteca, desde hace unos meses, luce también "Sol de Perico", novela costumbrista escrita en 1864 por Eduardo Bustillo e incluida dentro de "El libro azul, novelitas y bocetos de costumbres". "Flor del Valle" no está disponible en ningún espacio público, de ahí la importancia del hallazgo.

Ambos ejemplares en poder del historiador completan, junto a la novela histórica localizada hace unos meses por el recuperador local de patrimonio histórico José Antonio Anca, "El monje negro" (1857), la triada de los primeros libros que, bajo el formato de novela, hablan en sus páginas sobre el concejo de Posada Herrera.

Sotres, tras analizar a fondo las páginas de "Flor del Valle" y "Sol de Perico", recupera un buen puñado de valiosos datos sobre fiestas y descripciones de trajes y bailes llaniscos. Llevaba mucho tiempo tras sus pasos cuando dio con "Flor del Valle" en una biblioteca de Madrid. "La tuve en mis manos hace años, pues formaba parte de una biblioteca privada. Llevaba intentando hacerme con un ejemplar desde los años noventa y al analizarla me he dado cuenta de muchas cosas. La temprana muerte de su autor impidió que escribiese la segunda parte", explica.

La novela se divide en dos partes y entre sus 573 páginas aparecen referencias al baile llano y al corre corre, danzas que podrían ser las ahora conocidas como el pericote y el corri corri. Describe también varias fiestas. "El 'baile llano' es uno de los nombres del pericote. En Porrúa la gente lo llamaba así. La descripción que se hace es muy somera y para sacar la conclusión de que es el pericote hay que comparar esta obra con otras. Sobre el 'corre corre' dice textualmente 'aquí, en su corrillo se baila el corre corre, baile indígena de nuestra comarca y desconocido en todo el resto de la provincia'", afirma Sordo.

En opinión del historiador, buena parte de los datos extraídos de esta novela "son muy valiosos si se combinan con otros libros de esta misma época". Se describe también en sus páginas un ramu que va desde la capilla de San Felipe hasta la del Cristo, en la Portiella: "(?) las campanas de San Felipe empezaron e tocar (?). Inmediatamente salieron a recibirle todas las mujeres con panderetas, y los mancebos con ramos de laurel (?). El rey de la fiesta tomó de la mano a cuatro elegidos para llevar el ramo y los colocó en su sitio respectivo, nombrando después por autoridad propia a cuatro suplentes, porque desde San Felipe a la altura del Cristo hay bastante distancia y todo cuesta arriba; distribuyó los tiradores y preparaba ya la marcha (?). Nada hay comparable en nuestro país a la animación, alegría y entusiasmo que reina en todas las clases cuando la comitiva que conduce el ramo da vista al santuario al que se dirige".

En relación a "El sol de Perico", Sordo Sotres aporta valiosos datos de su autor, Eduardo Bustillo, nacido en Madrid. El padre de éste, según Rosa López, nació en la localidad llanisca de La Pereda, y fue un alto funcionario. Esta obra puede consultarse en bibliotecas públicas (no en la de Llanes), y aparecen varias referencias en la red.

"María Luisa Castellanos dice que Eduardo Bustillo cortejaba en Celoriu con Rafaelita Pérez Valdés. La novela, entre costumbrista y romántica, incluida en el libro azul junto a otras veinte historias más, narra una historia de amor en esta localidad. Es una especie de cuento largo o novela pequeña de 41 páginas", dice el historiador llanisco. Además de abundar en este relato expresiones como "que jaces ahí rapaz" o "mangollón", nombra el baile del pericote y describe la romería del Carmen de Celoriu, el traje de aldeana y de porruano, y el recorrido entre Llanes y Celoriu. "El traje de aldeana en la novela está vestido por una campesina, lo cual va en contra de la creencia de que solo lo llevaban las mujeres de las clases acomodadas, aunque puede ser también un recurso literario", señala.

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