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Lastres, un colegio abierto de par en par

Los vecinos, jóvenes y mayores, se implican en el día a día con talleres y charlas para los alumnos sobre sus oficios y habilidades

Lastres, un colegio abierto de par en par

Abrir las aulas a los vecinos para compartir y aprender y, en definitiva, hacer más parroquia. Es lo que se ha propuesto el colegio Matemático Pedrayes de Lastres, inmerso en varios proyectos de colaboración que implican a todo el pueblo. Organizan actividades extraescolares para niños y adultos (vayan o no al colegio) como el taller artístico que imparte la pintora local María Suárez (y al que van tanto escolares como adultos); promueven charlas en familia alrededor de un café también con las puertas abiertas y reciben cada vez más propuestas de vecinos que quieren transmitir sus saberes.

Es el caso del pintor y profesor jubilado Marcos Obaya, quien enseñó a un grupo de escolares, familias y otros vecinos como Constantino Granda y Beatriz Llera a construir los cabezudos que desfilaron en el Carnaval; las rederas se han ofrecido y también Ramonita Capellán, ante el próximo cierre de su mercería, enseñará el próximo curso labores de costura a grandes y pequeños. "Hay mucha predisposición en el pueblo a ofertar cosas al colegio y el colegio está muy interesado en sacar cosas fuera, en salir al pueblo", explica Lydia Granda, la directora, quien trabaja mano a mano con el AMPA.

A esta lista de auténtica cooperación local se une el programa intergeneracional puesto en marcha con la residencia de mayores de Lastres y con el instituto de Luces. Los 17 alumnos del Matemático Pedrayes decoraron el comedor de los residentes estas Navidades, donde además representaron un fragmento de su festival. En el taller artístico aprenden y expresan con el color, el volumen y el movimiento, una actividad a la que Nuta Muraru y su hijo de cinco años se sumaron. "Empezamos en Colunga por la guardería y allí sigue en el colegio, pero quiero que esté integrado en Lastres, que no esté muy lejos de los chicos y la vida de aquí", explica la joven, quien también se apuntó porque le gusta "todo lo que sale". El curso pasado Granda y la entonces profesora de Primaria, María de la Fuente, pensaron en reunirse "con las familias para charlar sobre temas de educación y crianza, pero de una manera participativa, en la que todas pudiéramos intercambiar experiencias y opinar", describe la docente. Una buena manera de "romper el hielo" era tomar un café en la mesa redonda que tienen en la sala de profesores. Fue un "éxito de participación" y en este tiempo han trabajado las alternativas al castigo, la colaboración de los hijos, el manejo de sentimiento y emociones y el Ayuntamiento de Colunga les facilitó la visita de la nutricionista Julia Nofuentes. "Puede venir toda la gente que quiera", apunta Granda, quien describe la sensación como "muy agradable. Como si de verdad fuéramos familia en la sobremesa o un grupo de amigas que salen a tomar algo".

La directora remarca, para todas estas iniciativas, la importancia de las familias, sin las cuales nada de esto sería posible. También la colaboración de Tania Alonso, la trabajadora del telecentro y la biblioteca, pues los escolares que no tienen con quien quedarse aprovechan que ambos servicios están en el mismo edificio y suben con ella. Al igual que las que utilizan los marineros en el muelle, el colegio lastrín teje redes de vecindad que pronto tomarán forma de otros proyectos, como el periódico escolar en el que ya trabajan. Para todos aquellos que quieran conocer el centro un poco más, este miércoles día 5 habrá jornada de puertas abiertas de 12.30 a 14.00 horas.

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