El anuncio de nevadas a cotas bajas para los próximos días ha retrasado la subida de las reses al puerto de la Montaña de Covadonga. Los pastos comunales de verano quedaron oficialmente abiertos ayer para el ganado vacuno pero menos de un diez por ciento de los propietarios autorizados por el Ayuntamiento de Cangas de Onís -que expidió doscientas licencias- decidió hacer uso de las mismas, por la malas previsiones meteorológicas y la densa niebla reinante.

En total tienen permiso pastar en la zona canguesa del parque nacional de los Picos de Europa 4.296 vacas, 1.029 novillos y 128 toros, que en su mayoría harán acto de presencia en los pastizales a mediados de mayo, cuando mejore el tiempo o después de la Feriona de Corao. A esta cifra se suma el ganado menor, conocido como "reciella", que otros años accede a pastos a comienzos de junio aunque muchos ganaderos abogan en esta ocasión por adelantar su subida al 15 de mayo.

Destaca este año el aumento del número de ovejas (de 578 que había en 2016 se pasa a 646) y de cabras (de 274 a 316 ejemplares). Caballos, potros y cerdos completan el cupo de animales, que este año asciende a 6.549 cabezas, lo que supone 93 ejemplares más que en 2016.

Uno de los primeros ganaderos en acercar a sus reses ayer a la Montaña de Covadonga fue Francisco Gelot, vecino de Mestas de Con. "Traigo quince vacas de la raza asturiana de la montaña sin cría que de momento pastarán en la Vega de Enol -a unos 1.070 metros de altitud- porque más arriba todavía no hay pasto abundante", aclaró. "De momento somos pocos los que nos animamos a subir, como unas seis ganaderías y el grueso vendrá a mediados de mayo. Hacía falta que lloviera porque el invierno vino seco", reflexionó.

Compartía esa opinión Manolín Alonso, que partió de Gamonéu de Cangas a las nueve de la mañana en compañía su perro "Husky" y de 26 vacas cruzadas que descansarán en Comella hasta las primeras nieves de octubre o noviembre. "Esperemos que el lobo no haga este año de las suyas porque va un par de años me causó problemas en la cabaña", explicó este cangués de 48 años de edad, que pasadas las doce y media de la mañana ascendía por la cuesta de La Güesera con una mochila llena de alimentos para reponer fuerzas antes del viaje a pie de vuelta a Gamonéu.

Por su parte, la familia Valle, que lleva "toda la vida" elaborando queso gamonéu -uno de los más caros del mundo- en la majada de Gumartini tampoco faltó a su cita en el primer día de apertura de la temporada de pastos, también conocido como "día de coto". "Nos gusta subir unas pocas el primer día porque las vacas cansan de estar en la cuadra ya. El pasto viene escaso por la seca. No llovió nada y eso nos puede traer complicaciones", apuntó la pastora Covadonga Fernández. Su hijo Manuel Valle y su nieto llamado igual y de ocho años de edad le echaron una mano, en mitad de una intensa niebla, para acercar 70 reses desde Intriago hasta Gumartini. "Más adelante subiremos alguna más, pues de momento decidimos dejar abajo las paridas con cría. Abajo quedaron más de la mitad", aseguró.

Fernández, que a partir del próximo mes acogerá en su quesería a un aprendiz de la Escuela de Pastores, se muestra satisfecha con su nieto, en el que ve un relevo generacional. "Le gustan mucho los animales, como a mí y pone mucho interés. La vida de pastor es dura porque no existen las vacaciones pero no la cambio por nada", argumenta la mujer, que ha perdido la cuenta de los galardones conseguidos desde que con 21 años se presentó por primera vez al certamen del Pilar en la ciudad canguesa y consiguió alzarse con el primer premio por la calidad de sus quesos. Como al resto de pastores, el avance del matorral y del lobo son uno de los problemas que más les preocupan.

La Junta de Pastos del Ayuntamiento de Onís -el otro concejo de la comarca de los Picos en el que se puede elaborar queso con denominación de origen protegida Gamonéu- también dio el visto bueno para que el ganado vacuno de los 35 onienses que cuentan con licencia este año accedieran a los 854,93 hectáreas de pastos comunes del puerto alto La previsión es la de que pasen el verano allí 1.221 vacas, 20 toros y 275 novillas, a los que se sumarán 646 ovejas y 456 cabras. Se constata en el caso oniense un ligero descenso de l ganado lanar y cabrío, que el año anterior registró 655 y 475 ejemplares, respectivamente.